Cambio climático y temperaturas extremas desarrollan alergias

Cambio climático y temperaturas extremas desarrollan alergias

La rinitis alérgica es el tipo más común de alergia que afecta de un 10 a un 30 % de los adultos y a aproximadamente un 40 % de los niños.

De acuerdo a los datos publicados en el “Libro Blanco de las Alergias”, la prevalencia de estas va en aumento, y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 400 millones de personas en el mundo sufren de rinitis alérgica.

La persona que padece de rinitis alérgica puede presentar síntomas como congestión nasal, rinorrea (emisión abundante de líquido por la nariz, generalmente por el aumento de la secreción de mucosidad nasal) estornudos y picazón en la nariz con una severidad y duración de síntomas que varía entre las personas.

Estas manifestaciones de la rinitis pueden generar un impacto económico, familiar y social entre quienes la padecen.

Para medir este impacto, existen diferentes parámetros que analizan la calidad de vida y el desarrollo de las funciones físicas, sociales y financieras.

Por ejemplo, fatiga, irritabilidad, ansiedad y depresión son algunos de los efectos psicológicos más comunes reportados por quienes padecen de rinitis alérgica.
Más del 57 % de los adultos y 88 % de los niños asocian la congestión nasal y los problemas de respiración a esta enfermedad, que también les provoca problemas para conciliar el sueño.

Además, los pacientes reportan que este padecimiento interfiere con su interacción social, ya que en muchos casos deben cargar toallas para la nariz debido al líquido nasal que fluye por la alergia, lo que los puede inhabilitar para compartir en lugares públicos.

Los trastornos alérgicos se pueden presentar por varias causas, como la genética humana, ya que esta puede tener influencia en la susceptibilidad para la aparición de enfermedades; los alérgenos, debido a que el 40 % de la población presenta sensibilidad a las proteínas del medio ambiente como polen, hongos y ácaros, y el cambio climático entre otros.

Este último factor de riesgo es muy importante, ya que la temperatura de la tierra está aumentando y junto con la exposición a contaminantes del aire, pueden tener consecuencias adversas potencialmente graves, especialmente para la salud humana en las regiones urbanas y contaminadas. Por ejemplo, durante el invierno y verano, el polen suele tener más presencia.

Si este se mezcla con la temperatura, velocidad del viento y humedad, puede llegar a convertirse en una combinación negativa para quienes la padecen.
Según los datos dados a conocer en el libro de las alergias, y de la Organización Mundial de la Salud, cada vez son más las personas que sufren de alergias diversas, desde las más comunes hasta las más severas.

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