Cambio de hábitos tras la crisis de Ucrania

Cambio de hábitos tras la crisis de Ucrania

Para los rusos, Suiza habría perdido su atractivo. Con la caída del rublo y el Gobierno del presidente Vladimir Putin fomentando las vacaciones dentro del país, el número de rusos que visitan Suiza ha declinado cada mes desde mayo.

El número cayó 13 por ciento en septiembre respecto al mismo mes del año anterior, muestran los datos de las oficinas estadísticas publicados en Neuchatel.

Los rusos, que ocuparon el décimo lugar entre los visitantes extranjeros el año pasado, están optando por no viajar después de que la anexión de Crimea y el apoyo a la rebelión oriental de Ucrania condujeron a la Unión Europea a imponer una serie de sanciones.

Esto se «debe fuertemente a la crisis entre Ucrania y Rusia, que parece estar teniendo un impacto en los hábitos de viaje o en los visitantes rusos en Suiza», dijo Alain Suter, un portavoz de la oficina de turismo de Suiza.

Las sanciones de la UE incluyen la congelación de activos y la prohibición de viajar a políticos, militares y empresarios rusos. Moscú respondió en agosto con la prohibición de las importaciones de alimentos, y en todo el país, vallas de carretera instaron a los turistas a dirigirse hacia el territorio recientemente agregado.

No solamente Suiza se ve afectada: los rusos también se alejaron de la Riviera francesa este verano, con el número de aviones privados que llegan desde Moscú al aeropuerto de Nice Cote d’Azur sufriendo su primera caída en cinco años.

«El llamamiento del Gobierno a tomar vacaciones en casa y comprar productos rusos está dando sus frutos en el orgullo nacional de Rusia», dijo Suter.

Debido a la crisis, el rublo ha bajado más de 19 por ciento frente al franco suizo este año, aumentando el costo de unas vacaciones en los Alpes. Frente al euro, el rublo se ha reducido casi un 17 por ciento desde enero y varias agencias de viajes rusas se han ido a quiebra.

Como país neutral, Suiza no se ha unido al régimen de sanciones de la UE y los EE.UU. Sin embargo, el Gobierno de Berna se ha comprometido a evitar que su territorio sea utilizado para eludir las sanciones, y ha prohibido que los bancos suizos emprendieran nuevos negocios con los rusos que figuran en la lista de la Unión Europea, entre las diversas medidas.

El turismo es mucho menos importante para la economía suiza que la banca o los productos farmacéuticos, y la oficina de turismo estima que los rusos que permanecieron en sus hogares les costarán a la economía entre 9 y 12 millones de francos para el 2014. Sin embargo, los rusos han gastado bastante dinero en Ginebra, un centro de comerciantes de materias primas, y en las estaciones de esquí como Zermatt o St. Moritz. Su ausencia se suma a las malas noticias para el sector de esquí de Suiza, que ya sufre de clima inusualmente cálido y de una caída en los visitantes de la zona euro debido a la fortaleza del franco y la debilidad de la economía.

 

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