Cambio en el movimiento social

<P>Cambio en el movimiento social</P>

Estamos a la puerta de una depresión mundial. La tendencia es al agravamiento de la crisis. Y esta crisis va a durar muchos años.

En medio de este panorama, la popularidad del Presidente disminuye cada día. Pero hay una inteligencia política colectiva alrededor del Dr. Fernández que determina las iniciativas políticas para contrarrestar la declinación de su liderazgo, al tiempo que mantiene tozudamente sus planes de continuar indefinidamente en el poder, ejecutando un programa y una base política neo conservadora.

En diciembre, con su liderazgo en caída libre, el Presidente lanzó la “Cumbre por la Unidad Nacional”  y logró un importante respiro. Ahora, cuando ese recurso se agota, y  las protestas sociales se multiplican, el Presidente da comienzo a otra iniciativa política: Sus “Diálogos Populares y Encuentros Democráticos”.

Muchas promesas. Pero el gobierno no cambia su rumbo, ni su agenda económica. No frena la corrupción y la impunidad ni le toca a ninguno de sus multimillonarios colaboradores.

Quienes luchamos para que en el 2012 haya un cambio de rumbo, otro gobierno apoyado en una nueva mayoría de votantes, y un pueblo en condiciones de sostener los cambios y profundizar ese nuevo rumbo, tenemos que entender que aunque podamos avanzar hacia la articulación de un gran espacio de participación política, común, amplio y alternativo,  y aunque logremos construir un firme y correcto liderazgo personal, apoyado por la sociedad, nunca podremos alcanzar el gobierno y garantizar los cambios si no producimos un giro “del cielo a la tierra” en el movimiento social y en el movimiento de lucha que por décadas se ha desarrollado  en el país.

Durante más de treinta años lo hemos  dañado todo en ese movimiento de lucha. Ha llegado el momento de cambiar drásticamente. Tarea muy difícil, que requiere capacidad autocrítica y de reflexión, y valor para denunciar por sus nombres a tantos tránsfugas, negociantes, y pequeños personajillos, cuya máxima meta está centrada en su propio bienestar y en lograr una relevancia social necesaria para alimentar su ego.

Un correcto y firme movimiento social  son claves para el triunfo político. El gobierno tiene los recursos para satisfacer las necesidades de las gentes y las comunidades, pero tiene otras prioridades. Si el movimiento de lucha se desarrolla correctamente, las comunidades van a mejorar sus condiciones de vida y las gentes alcanzarán muchas de sus reivindicaciones. Finalmente, esas mismas gentes, por centenares de miles, asumirán la política y la lucha por cambiar de gobierno.

Pero hay que derrotar los métodos utilizados por décadas y la forma de concebir y hacer la acción política, que lo ha dañado todo en el movimiento social.

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