Un jarrón de lo más simple (de plástico, cristal, barro…) lo puedes transformar con un poco de imaginación y de buen gusto, utilizando telas de diferentes texturas para envolverlos.

No hace falta que sean materiales costosos ni mucho menos, con telas normales de colores vivos, gasas, muselinas e incluso terciopelos puedes darle un nuevo “look”, depende de lo que necesites en un determinado momento.

A la hora de revestir las piezas es mejor utilizar telas opacas para cubrir los recipientes más simples.

En el caso de que el jarrón que quieras cambiar sea de cristal la mejor tela es la translúcida, para que la luz pueda reflejarse y aumentar la sensación de color.

Para sujetar la tela al jarrón nada mejor que una cinta o un cordón que se pueda atar al cuello de la botella. La sujeción se convertirá también en un elemento decorativo más, que resaltará la composición que realices. Para ponerle flores hay que tener en cuenta que el recipiente y su contenido deben ser armoniosos entre sí y con el entorno.