Cambio, transformación, paradigma y política

Cambio, transformación, paradigma y política

JOSÉ D. BATISTA
Pensamiento idealista: Puede ser visualizado en Cicerón y Sófocles, y, en cierto grado, los sofistas. Los idealistas representan los visionarios que salen del contexto de su tiempo y viven en el feliz ostracismo de su mundo de ideas, porque el sistema no está preparado aún para ser reinterpretado.

Cicerón visualizaba el Estado como un sistema regulado por las leyes, en que el pueblo podía escoger quien mejor representara la necesidad de aquel. Rechazaba la monarquía y el concepto de divinidad investida en el monarca, y consideraba que en ese sistema todo el mundo carecía de derecho excepto el rey; argüía que la democracia era semillero de incompetentes, y que la mejor forma de gobierno consistía en un sistema balanceado que asegurara estabilidad y justicia.

En el drama de Antígona, Sófocles plantea la demanda de la conciencia individual respecto a lo que es justo, en oposición a la obediencia exigida por el liderazgo. Desafía en su época lo divino de la ley administrada por el líder; declara que el peso de la familia es mayor que la lealtad al Estado; y que existe el derecho a desobedecer cuando la conciencia lo reclama. Esta forma de pensar rompe con el pensamiento unitario y regulado del sistema estructural. Sófocles y Cicerón se adelantaron un poco a su época.

Los sistemas políticos que se originaron obedecieron a premisas de sociedades que en su inicio fueron constituidas por sacerdotes-reyes, que luego dieron paso a reyes y tiranos. Este orden comenzó a ser reinterpretado cuando surgió el cuestionamiento en la Edad Media.

Pensamiento de cuestionamiento. Es el producto de un período de transición hacia la reinterpretación del paradigma. Las nociones fundaméntateles de éste son cuestionadas. Las nociones de: a) no cambio, b) predeterminación, y c) de regulación unitaria, encaran nuevas realidades. Estas nociones fueron verdades en su tiempo; no obstante, fue necesario volver al origen de su significado para encontrarle la nueva dimensión en el contexto de necesidad de crecimiento psicológico en que el mundo se encontraba.

La Edad Media se desarrolla con la iglesia como nuevo elemento de no cambio, predestinación de supremacía espiritual y de sistema unitario regulado. La Edad Media no fue como muchos lo pintan, un proceso de oscurantismo total. Bajo el patrocinio de la Iglesia, avanzó el arte, la arquitectura y la literatura.

Carlos Magno restauró el Imperio Occidental, y proclamado emperador del Sacro Imperio Romano, unió de esa manera lo secular y lo religioso en un solo cetro, preservando así la unidad, el no-cambio y la predeterminación de supremacía espiritual. Esto último satisfacía el concepto filosófico estoico de una sociedad universal, o una forma más pragmática de la «Ciudad de Dios» como la visualizó San Agustín.

En el momento en que Carlos Magno toma el poder, el sistema socio-económico imperante era feudal, caracterizado por su autosuficiencia y constituido por grupos de feudos separados. En medio de la fragmentación social de grupos de protección y autosuficiencia económico social del sistema feudal, toda cohesión fue provista por la Iglesia. Y el Imperio sentó la base para la organización social de Europa bajo la segunda etapa del sistema feudal. Esto dio origen a la formación de los Estados (Una discusión más amplia sobre el sistema feudal la ofrece Juan Bosch en «Breve historia de la oligarquía y tres conferencias sobre el feudalismo»). La última parte de la Edad Media fue una batalla entre la concepción teológica de la política y el secularismo.

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