Cambios apuntan a eliminar elementos clásicos autos

Cambios apuntan a eliminar elementos clásicos  autos

Los cambios que se están produciendo en la industria automovilística tienden a la desaparición de elementos clásicos del automóvil en favor de otros más acorde con las nuevas tecnologías.
Esto incluye la desaparición futura de los espejos retrovisores, los faros alógenos y de xenón, los faros antiniebla, los tubos de escape y la parrilla, entre otros.
Audi anunció recientemente el adiós a los espejos retrovisores exteriores en su nuevo modelo e-tron, que ofrecerá en opción la sustitución de estos por cámaras que monitorizan lo que ocurre en el exterior. Los faros halógenos o incluso los de xenón terminarán desapareciendo del mercado, reemplazados por faros automáticos de LED o Matrix LED que incluirán una posición de niebla con la que se erradicará de igual forma los faros antiniebla
Los tubos de escape y la parrilla también se eliminarán o cambiarán su diseño tradicional, pues los coches cero emisiones no requerirán de aperturas para la refrigeración del motor ni emitir gases. No obstante, el ‘rugido’ del motor deberá ser sustituido por algún tipo de ruido que emitirá el coche para aumentar la seguridad de los peatones, al menos en Estados Unidos.
Asimismo, algunos fabricantes como Ford y General Motors han anunciado que su tecnología de conducción autónoma implicará la llegada inminente de habitáculos sin volante ni pedales. GM pretende lanzar un modelo de estas características tan pronto como el próximo año, mientras que Ford habla de 2021.

También tiende a desaparecer la rueda de repuesto. Comprar un coche con una rueda de repuesto en el doble fondo del maletero supone un sobrecoste en el precio.
El lector de CD es otro de los damnicados. Los USB o los sistemas de infoentretenimiento, capaces de trasladar al vehículo las aplicaciones del smartphone empleadas para la reproducción de música vía streaming, lo están abocando cada vez más al ostracismo.
Asimismo, los botones caerán en el olvido debido al empleo, cada vez más usual, de pantallas de gran tamaño con la que se puede controlar las funciones que otrora se manejaban con mandos o interruptores.

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