“Las elecciones en Pedernales las deciden personas de otros lugares extraños”. Francisco Medrano, candidato del PRSC a la alcaldía de  ese municipio fronterizo, no solo confirma la denuncia del presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez, sobre el sospechoso cambio de dirección de miles de ciudadanos que quieren trasladarse a votar allí, sino también que se trata de una práctica vieja y conocida por todos. Por eso el candidato reformista sugiere a la JCE anular los cambios en las direcciones que se han hecho en esa demarcación desde que entró en vigencia la nueva cédula de identidad y electoral, pero también  todos los cambios que se han producido desde el 2010, que considera fraudulentos. La petición del dirigente reformista pone en aprietos al doctor Rosario, que quizás no se dio  cuenta de que estaba destapando, con su llamado de alerta, una caja de Pandora, y también al sistema electoral dominicano y a la propia democracia, pues estamos hablando de una gran cantidad de autoridades –alcaldes, regidores, senadores y diputados– que habrían resultado electas de manera fraudulenta. Lo que pasó pasó  y con eso no hay nada que hacer, pero es evidente que después de que planteó públicamente  el problema y sus implicaciones para los resultados electorales el presidente de la JCE  está obligado a aportar la solución, que no puede ser otra que anular todos esos cambios de dirección claramente malintencionados y, sobre todo, asegurarse de que eso no vuelva a suceder. Pero puede hacer mucho mas si ese fuera su deseo y propósito, como por ejemplo acoger la sugerencia del alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, de que se identifique a quienes promueven esos cambios así como a la fuerza política a la que se pretende beneficiar, con lo que le estaría rindiendo un gran servicio a la democracia dominicana y su déficit crónico de transparencia.