Cambios de forma y de fondo

Cambios de forma y de fondo

Para transformar la Policía Nacional en un ente de servicio efectivo y confiable, como debe ser, hay que empezar por hacer profundos cambios en  la filosofía en que se inspira el  trabajo de este  cuerpo civil armado. Y  lograrlo no será presea de una jefatura en particular, sino de un conjunto de entes de esta sociedad que conozcan a profundidad las ancestrales debilidades de este organismo.

Lo primero es que hay que “lavar” los cerebros de cada uno de sus integrantes para disolver la convicción de que el papel represivo que se la confiere a esa institución tiene que afianzarse en vías de hecho tan cuestionables como la eliminación física del o los individuos bajo sospecha de haber delinquido.

Semejante cambio tiene que apoyarse en programas de capacitación y entrenamiento, de manera que la capacidad operativa tenga como principal herramienta la investigación, la preservación de los escenarios y los elementos de evidencia, el respeto absoluto de la presunción de inocencia. Una contraparte importante tendría que ver con dignificar las condiciones de vida del policía y transformar los recintos policiales en lugares dignos. Hace tiempo que estamos oyendo hablar de transformaciones en la Policía, pero no ha habido la adecuada correspondencia entre el discurso y la acción. Hay estudios y propuestas de transformación, pero ha sido poco lo que ha podido ser consumado.

Proceso electoral viento en popa

Las últimas pruebas efectuadas por la Junta Central Electoral (JCE) del sistema de escaneo de actas electorales ha dado resultados satisfactorios y con ello se completa una fase delicada de la preparación de las elecciones del viernes. Los resultados de estas pruebas atenúan o eliminan los cuestionamientos hechos por algunos partidos sobre esta tecnología.

La Junta ha actuado con mucha precisión en la preparación del certamen y se ha puesto en condiciones de ofrecer resultados electorales a las pocas horas del cierre de las votaciones. Con ello se ha vencido uno de los escollos más traumatizantes de las elecciones, que es la tardanza en la divulgación de resultados. En estas circunstancias, no está de más apelar al buen juicio de los partidos para que acepten sin incidentes fuera de lugar los resultados de las votaciones que sean emitidos por la JCE, sin renunciar, por supuesto, a sus derechos de reclamo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas