Cambios de verano

Cambios de verano

Cualquier cambio en la rutina de los niños puede producirle, al igual que a una persona adulta, cierta ansiedad ante lo desconocido, por lo que es necesario ayudarles a enfrentarlos con tranquilidad, ya que no cuentan con la madurez necesaria y todavía no son capaces de valorar o sopesar las situaciones que van a vivir. Para un niño, sus padres son sus bases y sus raíces, somos los que le podemos ofrecer la confianza que necesita en este momento de cambios. 

El verano es una de esas etapas de la vida de los niños que trae consigo cambios en su rutina, los cuales repercuten inevitablemente en la nutrición infantil, bien por el desorden del nuevo horario o bien por las nuevas apetencias de los más pequeños.

Aunque existe la idea de que las vacaciones estivales son un período para la libertad alimentaria y se asocian a un cierto descontrol y permisividad en los “excesos veraniegos”, los niños necesitan continuar con una alimentación equilibrada.

Tal y como mencionan los profesionales del área, si bien es cierto que en esta época el organismo necesita menos aporte calórico, no significa que se deba comer menos, sino que se debe seguir una dieta distinta. Se han reportado que las enfermedades más comunes asociadas a la alimentación en verano suelen ser las intoxicaciones, generalmente acompañadas de vómitos y diarreas. Las altas temperaturas en esta época del año, favorecen el crecimiento de gérmenes y el desarrollo de bacterias en los alimentos, causantes de dichas intoxicaciones.

Para evitarlos debemos tener especial cuidado con lo que nuestros hij@s ingieren y tomar una serie de precauciones básicas:

1. Almacenar los alimentos tapados y refrigerados, especialmente si están cocinados.

2. Lavar muy bien las frutas y verduras si van a consumirse frescas.

3. El agua, si nos trasladamos a otro lugar distinto del de residencia, debe ser mineral, fresca y embotellada, nunca de la llave. Muchos de los problemas estomacales son debidos al agua de otras zonas, a las que no se está acostumbrado.

4. Los alimentos que tienen más facilidad de contaminación, como el huevo, la mayonesa, salsas, etc. deben comerse al momento de cocinarse y evitar en esos paseos, consumirlas si no sabemos su procedencia.

5. Si se viaja al interior, hay que prestar especial atención a los alimentos, y no probar comidas exóticas o novedosas, ya que pueden ocasionar trastornos gastrointestinales.

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