Cambios en los autos

Cambios en los autos

Desde la aparición del primer auto, 1986,  la existencia del automóvil ha condicionado la historia del hombre. Al principio, el infernal aparato mecánico era una carreta motorizada que se usaba para diversión, distinción y entretenimiento, con muy poca relación al transporte. Los materiales debían ser fuertes, pesados y, sobre todo durables, porque los clientes lo exigían en una inversión tan cara como era la compra de un auto.

De hecho, el cambio de modelos no existía como tal, normalmente el constructor fabricaba el motor y chasis, mientras que otros se encargaban de la carrocería. Es decir, prácticamente no existían unidades iguales, sino que cada auto estaba personalizado al gusto del comprador o del diseñador que alistaba la carrocería.

Al hacer más fácil el manejo, más accesible el precio y viable el financiamiento, el mercado empezó a crecer y, con él, se agregó la conveniencia de fabricar autos en una sola línea de producción. De allí que el gran número de marcas artesanales, de principios del siglo pasado, se fusionaran y crecieran o desaparecieran en un período de aproximadamente 20 años.

Ya para ese epoca las grandes empresas invertían en investigación y desarrollo (ID), con miras a lograr mayor eficiencia en la productividad, abaratamientos de los costos y alcanzar el prestigio a través de exhibiciones, desfiles y pruebas de esfuerzos (carreras).

En la Primera Guerra Mundial, la industria automotriz tuvo que lidiar con la ausencia tanto de hierro como de combustibles. Obligados a continuar operando, aun con esas restricciones, las marcas redujeron el tamaño de los autos, utilizaron madera, desarrollaron motores eléctricos y propusieron nuevos procesos de producción.

Finalizada la guerra se volvió a la opulencia de los volúmenes, los motores, el boato y el glamour como forma de expresión del estilo de vida. Esto duraría muy poco, porque la Segunda Guerra Mundial obligaría a retomar las prácticas del ahorro y eficiencia de los autos.

Al finalizar el evento bélico el mercado automotriz gozó nuevamente de un auge que se manifestó con la popularización de los autos. Mientras que los autos del mercado americano crecían, los europeos eran más eficientes en el consumo de combustible y, debido a la estructura urbanística, continuaban siendo pequeños.

A principios de los años ‘60 se dio el interés de la industria para la seguridad. En ese entonces en Estados Unidos se denunció el alto riesgo que presentaban los automóviles fabricados con escasos criterios de seguridad. Otro momento importante fue la crisis del petróleo de los 70. A partir de esos dos periodos, la visualización de la industria automotriz cambió radicalmente de dirección. Si antes se creaban autos a partir de su apariencia externa, desde entonces la fabricación se haría de una manera céntrica, es decir, a partir de quienes debían ser transportados.

El incremento de la población, y con ello el crecimiento del parque vehicular, hacen que en la actualidad el diseño de los autos sea desde adentro hacia fuera, y tome en consideración el ambiente y sus ocupantes. Como promedio al mundo se calcula que cada auto transporta 1.3 personas. Es decir que 130 personas son transportadas en 100 autos.

Variables como: la violencia, la libertad de locomoción y otras. han establecido una necesidad de transporte personal individual, creciendo la demanda por infraestructura. Si bien la respuesta ideal es el establecimiento de un transporte colectivo eficiente y eficaz, para el futuro los constructores de vehículos se orientarán hacia autos más pequeños, con mejor aprovechamiento de espacio del habitáculo, más livianos y, sobre todo, más económicos en su gestión y seguros para los usuarios.

Al reducir el ancho de los autos pueden colocarse tres carros en donde antes cabían dos, para elevar en un 50% la capacidad de las carreteras. La configuración tándem, un asiento tras otro, permite que un auto ocupe un espacio similar a una motocicleta, dado que en su mayoría los autos en ciudad transportan un solo pasajero, en futuro con esa configuración se lograría una adecuada conveniencia de transporte en función del espacio utilizado. Asimismo, el ordenamiento de los asientos, la tracción delantera (que minimiza los espacios mecánicos), las diferentes alturas de los asientos, los cambios de velocidad robotizados situados en el volante y los techos abiertos, han permitido ampliar el ambiente del habitáculo.

Probablemente los casos más remotos de esta tendencia, autos de reducidas dimensiones, son: el Mini, el Fiat 500 y el Citroën 2CV. Al reducir el peso de los autos, aumentar la eficiencia energética y mejorar su desempeño, también se acrecienta el riesgo de accidentes. Por eso, la implementación de cinturones de seguridad, zonas de deformación programada, bolsas de aire y habitáculos reforzados, son factores comunes en los autos modernos. El resultado es que autos sumamente pequeños resultan ser mucho más seguros, que los enormes sedanes y SUV de hace unos 15 años.

En conjugación con esas características, el cuidado del medio ambiente, la preservación de los recursos no renovables y el respeto por la naturaleza han provocado que las propuestas se orienten hacia la reutilización de las partes de los autos. En un futuro no muy lejano los automóviles reciclables serán de moda.

Así que no se asombren por los cambios en la industria automotriz, sólo son la respuesta al camino que forja y recorre la humanidad, ya que el auto es causa, efecto y autor de la historia.

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