Cambios y estrategias peledeístas

<p>Cambios y estrategias peledeístas</p>

LUIS FCO. OVIEDO MOQUETE
Nunca somos los mismos. Cada día que pasa serás distinto. Por ley natural, la transformación y evolución de las cosas, las instituciones, las personas es algo ligado a la existencia, sin eso, es obvio, no sería posible la vida. El mundo se renueva a cada instante de una manera tan continua y cotidiana que pasa desapercibido para todos, sin embargo de todo esto lo que nos sorprende o nos llama la atención, es el cambio brusco o la suma de mucho tiempo de «ausencia»; es lo que nos lleva a asombrarnos cuando dejamos de pasar por un lugar por un período o dejamos de ver a alguien y lo vemos de nuevo.

 Ahí es donde notamos la diferencia y ahí es donde se ven los problemas por un salto que de por sí mismo altera el mecanismo de la propia vida desviándolo de los objetivos que le dieron origen. En sentido general estas brusquedades se hace hacia lo negativo y perjudicial.

En el PLD ha ocurrido exactamente esto último, no por el tiempo, que no ha sido mucho, sino la intensidad con que ocurrió el cambio. Cuán diferente se ha tornado ese partido que en sus inicios celebramos por sus objetivos patrióticos, por haber sido creado por el político más puro de los últimos tiempos y por su concepción de convertirse en un ente diferente en el quehacer político corrupto e interesado que se nos había impuesto, sobre todo por Balaguer. Cuanto ha cambiado este partido que dió cátedras de humildad, patriotismo, seriedad, planificación y organización, desprendimiento. Todo esos valores se ha demostrado que han sido solo teoría, solo era una mascarada para llegar al poder, solo bastó la desaparición dirigencial de su mentol.

Tan pronto eso ocurrió, no han valido postulados, ejemplos de su «líder», centros de estudios, todo lo han tirado por la borda y se han convertido en otro igual a los que acusaban y querían cambiar. Inclusive se puede afirmar que han llegado más lejos, pues aprendieron mejor a hacer las cosas sin dejar huellas y amparados de una «transparencia» y desfachatez increíbles. No hay cosa más mala que un bueno arrepentido, dice la sabiduría popular.

No pecamos de exageración ni de partidarismo al hacer estas afirmaciones, pues están a la vista de todos, sino dese una miradita a la buena vida de sus dirigentes o a los múltiples negocios que prosperan y averigüe sus dueños, sus prioridades al margen de las necesidades del pueblo, sus manejos públicos, sus justificaciones a la corrupción, sus compras de conciencia, sus aprestos para seguir en el poder, etc.

Una consecuencia de ese cambio, es la campaña prematura y permanente en que han metido el país, en una lucha para seguir en el poder. La ceguera que por la buena vida no les permite ver el crimen que se comete con eso a casi dos años de las próximas elecciones y habiendo salido el país hace días no más de unos sufragios. Esta campaña reeleccionista no es más que una jugada estratégica genial de ese genio, valga la redundancia, que es Leonel Fernández en su afán cada vez más acentuado de parecerse y seguir al corrupto de Balaguer. No es verdad que se hayan creado grupos diferentes, eso es una treta política fina. Al final de cuentas, la reelección dependerá, usted lo verá, de lo que ocurra este año con los ajustes fiscales. Danilo y Leonel están y seguirán más unidos que nunca, solo que le darán circo y entretención al pueblo, gastarán unos recursos del Estado y al final saldrán con una fórmula en la que, no lo dude, aparecerán juntos y contentos, porque no importa, «e»palante que vamos». Es una jugada maestra de esas que vivimos muchas veces en los 12 años y es que este país siempre ha sufrido de hombres que para dar «lástima» la vida los convierte en «objetos del destino».
Coincidencias…

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