EDIMBURGO. AFP. El primer ministro británico, David Cameron, hizo ayer un llamamiento final a los escoceses para que no se vayan del Reino Unido y les avisó de que afrontarían un divorcio doloroso.
Esta podría ser la última semana de Cameron como jefe de gobierno de Escocia y ayer hizo un llamamiento final desde Aberdeen, la capital del petróleo del mar del Norte y gran esperanza de prosperidad de los nacionalistas. Ahí, a 3 días del referéndum del jueves, y ante 800 seguidores conservadores, recordó que irse significa quedarse «sin libra, sin pasaporte británico, sin pensiones británicas». «La independencia no sería un ensayo de separación, sería un divorcio doloroso», aseguró.