Guillermo Moreno ha anunciado, a nombre de Alianza-País y fuerzas aliadas a su candidatura, que daremos inicio, en una jornada sin precedentes, a la campaña “Caminando el País”.  Así se denomina la jornada  dentro de “La Otra Campaña” que los llevará, junto a sus acompañantes, por todo los rincones del país. Campaña con el poco dinero que puede aportar la ciudadanía, peso a peso, que no va a hacer promesas, que no se expresa en grandes vallas, cadenas de comunicación, compra de periodistas al granel, haciendo millonarios a los dueños de los partidos-ventorrillos aliados, y la compra vil del voto.

Guillermo no va a caminar el país para hacer promesas sino a escuchar al pueblo, conocer el corazón de los dominicanos y dominicanas y sus problemas vitales, y decirles que “hay que atreverse”, levantándole el orgullo a la generación del segundo centenario del patricio Juan Pablo Duarte, instándolos a luchar por cambiar el rumbo del país, en un esfuerzo que debe llevar a que la República Honesta se ponga de pie contra la otra república, la lacaya, construida por las élites políticas y sociales corruptas e insensibles.

Decía en mi artículo anterior que de lo que se trata es de construir una corriente alternativa progresista, que reagrupe las fuerzas políticas, sociales, a las organizaciones ciudadanas y las personalidades honestas; corriente que crezca impetuosamente, a la par que ha venido creciendo la indignación y la rabia de jóvenes o no jóvenes contra  lo que han hecho las élites políticas y sociales con la Patria que tanto sacrificio ha costado.  Un gran  esfuerzo estructurante, donde la candidatura es un aspecto central; muy importante, pero que va mucho más allá de la candidatura, en pos del sueño de restituir la República Duartiana, traicionada por todos los Santanas en nuestra larga historia de lucha, multiplicados ahora a través de las dos cúpulas políticas y todos los ventorrillos que recogen las boronas del poder, en una danza que puede conducir esta república a una poblada o estallido sin precedentes  en la mayoría de los pueblos de América.

Para ello se requiere una candidatura progresista con un programa para un cambio de verdad, y su figura central debe haber dado muestras palpables, en toda su trayectoria, de carácter, firmeza, de cumplimiento de la palabra empeñada y de valor para enfrentar las adversidades.

Esa corriente alternativa está creciendo impetuosamente, y debemos tener la apertura y comprensión necesaria para entender que no todos los sectores tienen que adherirse a esa candidatura. Lo que hay que proyectar es la idea de que las dominicanas y dominicanos honestos nos estamos agrupando para luchar por cambiar el rumbo del país.