Caminemos al lado de la JCE

Caminemos al lado de la JCE

Para los dominicanos que peinan canas es evidente el desarrollo logrado por la Junta Central Electoral (JCE) como institución responsable de organizar, administrar y arbitrar los procesos comiciales. Ya pasaron los días cuando los partidos políticos y sus líderes concentraban buena parte de su energía en dominar desde dentro la Junta para, de ese modo, controlar la jornada de votación y la fase de conteo de los sufragios. O, para mejor decir, ya queda muy poco de esa práctica electoral. Ha sido un proceso largo para llegar hasta hoy y ver cómo, a casi 18 meses de las elecciones municipales de febrero del 2020, la JCE presenta a la comunidad de partidos y al país un cronograma de actos y plazos electorales.
Ha sido, justo es decirlo, una jornada larga esta de perfeccionar los mecanismos electorales. La sociedad vivió muchos estremecimientos políticos. Fue necesario que los partidos entendieran que en la democracia hay que jugar limpio y que los ciudadanos, con sus intelectuales a la cabeza, decidieran enfrentar las anormalidades y desafueros y poner al descubierto a sus patrocinadores. Otra vez aprendimos que son los pueblos los que tienen que trazar las rutas, con valentía y decisión, hacia lo que aspiran y necesitan.
Hoy tenemos una Junta Central Electoral que se acerca bastante a la institución que la sociedad dominicana requiere para que su democracia se profundice y avance. Todo organismo que se dedique a organizar, administrar y arbitrar las elecciones para escoger a los ciudadanos que dirigirán el país tiene que ser eficiente, oportuno, valiente, democrático y honesto.
Los comicios de 2020, los de febrero y los de mayo, serán complicados por su magnitud, según han dicho las autoridades electorales en varias ocasiones. Por lo tanto, reclamarán una eficiencia de primer orden que demandará mucho trabajo y diligencia. El cronograma revelado este miércoles parece ir en esta dirección. Muchas tareas, muchas responsabilidades, mucha fiscalización, muchas decisiones y mucho encadenamiento.
Confiamos en la capacidad de trabajo, en el espíritu democrático y en la honestidad del presidente Julio César Castaños Guzmán y del equipo que le acompaña en el Pleno de la JCE. Esperamos que ellos, todos los miembros del Pleno, sepan trasmitir esos valores a los técnicos y personal de apoyo y, sobre todo, a quienes dirigen las filiales de la Junta en municipios y provincias.
Su guía, la de la JCE, debe ser siempre la Constitución de la República y las leyes, las que siempre deben ser aplicadas con valor y con buen juicio.

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