Camino de la memonia y legado de Máximo López Molina

Camino de la memonia y legado de Máximo López Molina

Dos exdirigentes del Movimiento Popular Dominicano y un sobrino del líder político Máximo López Molina solicitaron al Congreso Nacional designar una calle o avenida con su nombre, tomando en consideración que fue decidido opositor a la dictadura de Trujillo, a quien enfrentó en el propio suelo dominicano.

Fue, además, guerrillero perseguido hasta después del ajusticiamiento del tirano por gobiernos provisionales y durante los 12 años de Joaquín Balaguer.

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Se afirma que estuvo vigilado prácticamente hasta sus últimos días por agentes secretos internacionales, razón por la que no regresó a su Patria, tras interminables destierros. Murió en París.

Cayetano Rodríguez del Prado y Breno Brenes relataron sus experiencias con López Molina en luchas sociales y políticas, cárceles, entrenamientos, exilio, mientras que Marino Elsevif se refirió a la historia familiar y a los años de su tío en Francia, donde lo visitaba.

Rodríguez del Prado fue uno de los primeros dominicanos que se unió a López Molina. Compartieron prisión y luego de la muerte de Trujillo formó parte del primer Comité Central del Movimiento Popular Dominicano, presidido por López Molina, al que se integraron, además, Andrés Ramos Peguero, César Rojas, Baldemiro Castro, Ernesto López Molina y posteriormente Ramón Pineda (Monchín), René Sánchez Córdova y José Ramírez Ferreira (Condesito).

Breno Brenes conoció a López en 1961 cuando lo visitó en su residencia de la calle Espaillat, para hablarle del traslado de unas armas.

“Fue un opositor a Trujillo desde 1940. Estuvo vinculado a la Juventud Democrática, por lo que fue expulsado de la Universidad de Santo Domingo, donde estudiaba Derecho. Junto a Fernando Spignolio participó en los preparativos de la expedición que desembarcó en Luperón, en 1949. Fue detenido junto a Félix La Hoz y Bienvenido Creales y condenado a 30 años de prisión. Al año fue amnistiado”, significó Rodríguez del Prado.

En Cuba, “se integró al Partido Socialista Popular, que era muy hermanado con el PSP dominicano”. Por “razones ideológicas” rompió con esa agrupación en 1956. El 20 de febrero de ese año fundó el Movimiento Popular Dominicano, junto a Pablo Antonio Martínez, bajo la consigna “Lucha interna o Trujillo siempre”.

Martínez fue asesinado por la dictadura de Fulgencio Batista y a Máximo se unieron otros miembros como Andrés y Francisco Ramos Peguero (Chino), Julio César Martínez, Tiberio Castellanos, Ramón Emilio Mejía, Juan Alfonso Espinal…

Lucha abierta

“El triunfo de Fidel Castro le infundió nuevos bríos para venir al país. Llegó en 1960 junto a Andrés Ramos Peguero para iniciar lucha abierta desde el segundo piso de la avenida José Trujillo Valdez (Duarte) número 12”, agrega Rodríguez.

Expresa que Trujillo lo permitió, debido a las sanciones impuestas por la Conferencia de Cancilleres de la Organización de Estados Americanos. Se movilizaron a partir de junio, pero “el 30 de agosto se desató una persecución feroz contra el MPD. Máximo soportó todo aquello”.

Estaba preso cuando ajusticiaron al dictador y permaneció encarcelado hasta noviembre de 1961. Fue expatriado a una base militar en Opa-loka, Florida y desde allí a Curazao. “Regresó de forma clandestina y asumió el Partido, pero ya habían asesinado a Floricel, Parmenio y José Erickson”, manifiestan.

Refirieron que López Molina participó en la propuesta para la formación de la Federación Dominicana de Estudiantes (FED) y que durante los años posteriores al derrocamiento de Trujillo sufrió múltiples destierros. “Juan Bosch lo respetó durante su Gobierno”.

En 1963 participó en un levantamiento guerrillero en Cevicos, en apoyo al alzamiento de Manolo Tavárez Justo. Le acompañaron Jorge Puello Soriano (el Men), Monchín Pinedo, Francisco Elizardo Ramos Peguero (Chichí), por lo que fue nuevamente encarcelado. En La Victoria coincidió con Rodríguez del Prado, Ilander Selig, “Chino” Ramos Peguero y Leopoldo Grullón, apresados tras un desembarco para establecer una base del MPD “y si era posible unirnos a la guerrilla de Manolo”, narró Cayetano.

La última deportación de López Molina fue en 1965. Murió el 22 de agosto de 2021. Sobre su familia y su vida en Francia, conversa su sobrino Marino Elsevif.

La calle

“Máximo López Molina merece el reconocimiento de una calle o una avenida con su nombre. Luchó por el bienestar del pueblo hasta su muerte. Se sacrificó. Pudo haberse vendido a partidos del sistema y, sin embargo, se mantuvo independiente, interesado en mejorar las condiciones de vida de los más necesitados”, declararon.

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