Caminos hacia la prosperidad o un callejón sin salida

Caminos hacia la prosperidad o un callejón sin salida

El intercambio comercial entre los países del Hemisferio Occidental ha constituido un elemento fundamental para generar crecimiento, contribuir a la reducción de pobreza e impulsar  estrategias  de desarrollo.

 Los Estados de América Latina y el Caribe (ALC) han realizado esfuerzos importantes para enfrentar el reto de fortalecer sus capacidades institucionales y humanas necesarias para lograr con éxito la negociación y administración de numerosos acuerdos comerciales.

Sin embargo, los gobiernos enfrentan ahora un reto aún más complejo: Cómo asistir a sus agentes económicos, particularmente a las MIPYMEs, las mujeres y los grupos vulnerables para que se beneficien de mercados ampliados para sus bienes y servicios.  Es precisamente en este tenor que la iniciativa Caminos hacia la Prosperidad en las Américas, liderada por los Estados Unidos, de manos de la secretaria de Estado Hillary Clinton,  procura asegurar que los beneficios del crecimiento económico y del comercio sean compartidos de manera amplia en nuestras sociedades, a través de una agenda común que promueva acciones concretas y tangibles.

Hace apenas unas décadas las economías de la región estaban enmarcadas en un modelo proteccionista que mantenía restringida la libre circulación de bienes y servicios con otras partes del mundo, disminuyendo la capacidad de gasto del consumidor y obstaculizando la creación de empleos. Ahora, sin embargo, la situación es muy distinta: durante los últimos cinco anos, las exportaciones totales de los países del Hemisferio Occidental casi se han duplicado hasta alcanzar $2.64 trillones en el 2008, según cifras de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Asimismo, la WTO Trade profiles  ha publicado que en el año 2009 el 85% de los países de las Américas tenía una relación comercio/PIB de más del 50%. En el caso de la República Dominicana la relación comercio total/PIB ha sido de 90.4% en el 2006; 80.6% en el 2007; 75.2% en el 2008 y 66.4% en el 2009. Desde el 1994 estos países han suscrito 55 tratados de libre comercio (TLCs) y son signatarios desde el 2003 de 22 TLCs con socios extra-hemisféricos, incluyendo a la Unión Europea, China, India, Japón y Corea. Tras la firma en el 2008 del Acuerdo de Asociación Económica CARIFORUM- Comunidad Europea, 14 países de la CARICOM y la República Dominicana suscribieron por primera vez un acuerdo de comercio recíproco con los 27 estados miembros de la Unión Europea.

Todavía quedan tareas pendientes si queremos que el comercio y los numerosos acuerdos que en este ámbito han suscrito nuestros países generen los beneficios que todos deseamos y que estos a su vez puedan compartirse de manera equitativa. América Latina y el Caribe no es la región más pobre del mundo pero es, hoy por hoy, la de mayor desigualdad en nuestro planeta. La prosperidad no ha alcanzado a todos.

Tenemos cerca de 189 millones de pobres, la mitad de ellos viviendo en extrema pobreza. La libre movilidad de factores sin que existan mecanismos que enfrenten las presiones especulativas, ha provocado graves crisis en el mundo fomentando gran hostilidad hacia la globalización. En un reciente mensaje dirigido a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL),  el Presidente Fernández planteó que es necesario «humanizar la globalización», que pese a sus ventajas, también «ha tenido efectos nocivos sobre buena parte de la población mundial». Esa «humanización» de la globalización, en su opinión, debe estar dirigida a «crear mecanismos que promuevan la equidad» y la inclusión de las millones de personas más pobres del mundo.

En relación a América Latina, dijo que «pese al éxito relativo de los últimos años (en los resultados económicos), todavía persiste el problema de la desigualdad, que sigue siendo prioritario». En la recién concluida reunión de la CEPAL, celebrada en Brasilia, se ha planteado ¨más estado, un mejor mercado con normas muy claras y una mayor participación del pleno de la sociedad¨ en las decisiones para cerrar la enorme brecha social que persiste en América Latina y el Caribe.

Caminos hacia la Prosperidad en las Américas, surge a finales de 2008 como una oportunidad para buscar fórmulas que permitan que los acuerdos comerciales vigentes entre los países miembros de la iniciativa (Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, El Salvador, Uruguay, Estados Unidos y República Dominicana) logren encontrar puntos de convergencia que generen un mayor aprovechamiento de las oportunidades y una mejor distribución de los beneficios entre todos nuestros habitantes, en especial en aquellos que más lo necesitan.

Caminos incrementa los esfuerzos para una mayor integración regional, coordinar buenas prácticas, proyectos innovadores, desarrollo de actividades de inclusión social y compartir experiencias exitosas sobre cómo incrementar la competitividad en la región. Se trata de construir desde una agenda comercial una agenda integral basada en el individuo y en el mejoramiento de su calidad de vida, a través de una mejor distribución de los beneficios obtenidos por el desarrollo.

Desde la primera Ministerial celebrada en Panamá, la segunda en El Salvador y la tercera en Costa Rica, el trabajo de la Iniciativa se ha organizado en cuatro áreas temáticas que comprenden temas como el de aumentar las oportunidades para que nuestros ciudadanos, en particular los pequeños empresarios y agricultores, se beneficien del comercio, mediante el fomento de la capacidad comercial; el establecimiento de una estructura abierta para el comercio regional que sea compatible con el sistema multilateral de comercio; la expansión de la cooperación regional relativa al desarrollo económico y la competitividad; y el fortalecimiento de la cooperación y el intercambio sobre mejores prácticas en materia de normas laborales y ambientales.

Uno de los mayores retos que enfrenta Caminos es aumentar la competitividad de las MIPYMEs. Datos divulgados por la OEA revelan que en el Hemisferio existen alrededor de 200 millones de negocios, 120 millones de los cuales son MIPYMEs que representan entre el 90% y el 95% del padrón de empresas. Estas MIPYMEs, generan entre el 50% y 70% de los empleos de la región. No obstante, el problema radica en que la mayoría operan en la informalidad,  generan menos de un 5% de las exportaciones de bienes y servicios y solo un tercio de ellas tiene capacidad para insertarse en los mercados internacionales. De ahí que exista un enorme potencial para desarrollar políticas de apoyo a las MIPYMEs. Otro tema actual y urgente tiene que ver con el cambio climático y la vulnerabilidad de nuestros pueblos ante los desastres naturales.

Los recientes terremotos en Haití y Chile nos enseñan que ningún país o región del mundo está exento del impacto de desastres naturales y que el accionar solidario de todas nuestras naciones es esencial para enfrentar este desafío. El comercio puede generar impactos sobre el ambiente y es un hecho que crea oportunidades en áreas claves como bienes y servicios ambientales que generan empleos y la buena gestión ambiental.

De igual importancia resulta el apoyo que Caminos brinda a las mujeres empresarias en todo el hemisferio, máxime si partimos de que más de un tercio de las MIPYMEs de la región son dirigidas por mujeres innovadoras y trabajadoras, pero aún no se está haciendo lo suficiente para apoyar sus empresas y esfuerzos. Gracias al liderazgo del Presidente Fernández y del Canciller Carlos Morales Troncoso, la República Dominicana será la sede de la IV Reunión Ministerial Caminos hacia la Prosperidad de las Américas. Una mayor apertura al comercio no es un fin en si mismo: es un medio que puede permitir a millones de personas salir de la pobreza y compartir la prosperidad generada por un mercado mundial cada vez más interdependiente.

Es de particular importancia asegurar avances concretos con vistas a la IV Reunión Ministerial a celebrarse en el  primer trimestre de 2011 en la República Dominicana.   El compromiso ha de ser el de ingresar en una nueva fase de consolidación de los objetivos sobre el papel que continúa jugando el comercio en las estrategias de desarrollo de los países de las Américas, reconociendo los retos que todavía enfrentan para asegurar que sus agentes económicos, particularmente las micro, pequeñas y medianas empresas, mujeres y grupos vulnerables, se beneficien de los mercados ampliados.

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Reunión ministerial

Una mayor apertura al comercio no es un fin en si mismo: es un medio que puede permitir a millones de personas salir de la pobreza y compartir la prosperidad generada por un mercado mundial cada vez más interdependiente. Es de particular importancia asegurar avances concretos con vistas a la IV Reunión Ministerial Camino hacia la Properidad de las Amçericas a celebrarse en el  primer trimestre de 2011 en la República Dominicana, gracias  al liderazgo del Presidente Leonel Fernández y del canciller Carlos Morales Troncoso.   El compromiso ha de ser el de ingresar en una nueva fase de consolidación de los objetivos sobre el papel que continúa jugando el comercio en las estrategias de desarrollo de los países de las Américas, reconociendo los retos que todavía enfrentan para asegurar que sus agentes económicos, particularmente las micro, pequeñas y medianas empresas, mujeres y grupos vulnerables, se beneficien de los mercados ampliados.

La cifra

120 millones.  Es la cantidad de MIPYMEs que hay en el hemisferio y que representan entre el 90% y el 95% del padrón de empresas. Esas MIPYMEs generan entre el 50% y 70% de los empleos de la región, según la OEA.

La autora es economista, viceministra de la Relaciones Exteriores y enlace con el SICA y el Cariforo.

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