Edwin Rolando Alfaro es camionero y transporta medicamentos con destino a Nicaragua. Este salvadoreño es uno de los camioneros centroamericanos que han quedado bloqueados por las manifestaciones en Panamá. Alfaro guarda la esperanza de poder reunirse pronto con los suyos.
«La esperanza que hemos puesto en Dios es reunirnos al menos en Navidad. Esperamos que a esta gente [los manifestantes] se les ablande el corazón. Ellos están peleando por su objetivo, pero nosotros somos extranjeros. Nosotros no tenemos nada que ver en el problema que está sucediendo aquí en Panamá», sostiene Alfaro.
Las protestas en Panamá estallaron el 20 de octubre, cuando el Congreso aprobó un contrato firmado por el gobierno que permite a la minera canadiense First Quantum operar por 40 años una mina situada en el Caribe panameño. Desde entonces hay cortes de ruta que han afectado a casi todos los sectores productivos y han ocasionado pérdidas millonarias.
«Estamos pidiéndole a la dirigencia que nos apoye, porque el gobierno de acá (Panamá) no se pronuncia. El Señor Presidente no da la cara por este problema que tiene con el transporte internacional», agrega Alfaro.
Edwin Rolando Alfaro es una de las víctimas colaterales de las protestas en Panamá. Los bloqueos en las vías impiden los desplazamientos por carretera y las autoridades panameñas no pueden garantizar la seguridad de los vehículos ni de la mercancía.
«Somos [camioneros] guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, hondureños, costarricenses y panameños. Llevamos un mes y once días acá. No tenemos un baño a dónde ir. Nuestra alimentación y nuestro dinero ya caducó. Hay muchas necesidades de alimentación de los compañeros enfermos. Algunos padecen problemas de presión. Hay personal con diabetes. Tenemos un compañero con una úlcera en un pie. Nuestra estadía está pésima, pésima, pésima», insiste el transportista.
Ante esta situación, el gobierno de El Salvador ha expresado su preocupación a través de un comunicado en el cual insta a las autoridades panameñas y a los líderes de la sociedad civil a que habiliten un corredor humanitario que permita a los transportistas salvadoreños regresar a su país.
Esta es una medida «insuficiente», opina por su parte Raúl Alfaro, presidente de la Asociación Salvadoreña de Transportistas Internacionales, quien afirma que la verdadera presión para que se genere este corredor tiene que salir de la presión que ejerza el propio presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Raúl Alfaro admite que no tiene una cifra precisa del número de camiones bloqueados. «Nadie tiene ese dato», dice. Según él, podrían ser entre 60 y 100 camiones. Los conductores son de las distintas nacionalidades de Centroamérica, agrega. Y luego insiste en que «la situación es grave. Aquí se necesita una hoja firmada por el mismo Bukele que le diga al gobierno en Panamá lo que él solicita en calidad de presidente» (del Salvador).
El transporte terrestre por Centroamérica se ha complicado en los últimos meses debido a las protestas en Guatemala y ahora las protestas en Panamá, donde se reciben diariamente 250 camiones tráiler procedentes de todos los puntos de Centroamérica.