Hoy 
Una proporción considerable de dominicanos (utilizo la palabra dominicanos en su aceptación genérica) no sabe ni leer, ni escribir. Se estima que la tasa de analfabetismo en nuestra población de 15 años y más es de alrededor de un 10% del total. A decir verdad, carecemos de estadísticas confiables sobre tasas de analfabetismo, por lo que nos vemos obligados a recurrir a estimados aproximados. Sí sabemos que en ellas se reflejan la procedencia social y ubicación geográfica de las personas analfabetas; también, que las zonas de mayor analfabetismo son las agrarias y las de las gentes que viven en condiciones de extrema pobreza en los barrios marginales de las principales ciudades del país.
Con el propósito de enseñar a leer y escribir a 800 mil personas adultas en un periodo de dos años, el gobierno del presidente Danilo Medina se propone ejecutar, a partir de enero próximo, un Plan Nacional de Alfabetización. Instituciones como la Universidad Autónoma de Santo Domingo y otras entidades de la sociedad civil han manifestado su respaldo a dicho proyecto. También, miles de ciudadanos particulares se han registrado como voluntarios y han manifestado su deseo de integrarse a las labores de alfabetización.
Desde los inicios de la década de los años 50 del siglo pasado, aquí se ha venido implementando campañas de alfabetización con el propósito de erradicar el analfabetismo entre las personas adultas: Campaña de Alfabetización (1952); Campaña de Alfabetización (1963); Campaña de Alfabetización (1970); Campaña de Alfabetización (1982); y la novedosa Campaña de Alfabetización no presencial que por años ha venido llevando a cabo la Radio Santa María. Ninguno de esos intentos pudo alcanzar la meta deseada. Con todas esas experiencias acumuladas por años, ¿lograremos, en un plazo de dos años, alfabetizar a todos los dominicanos adultos? Veámoslo con más detenimiento.
Derrocado el gobierno dictatorial de Fulgencio Batista, el glorioso Ejército Rebelde de Cuba comenzó, en el año 1960, una activa y tenaz campaña de alfabetización. Miles de cubanos se integraron a la misma. Bajo la consigna de que Si sabes enseña, si no sabes aprende en menos de un año, Cuba pudo ufanarse de ser la primera nación de la América española libre de analfabetismo. En Nicaragua, después de la caída de la tiranía somocista, los sandinistas iniciaron una campaña de alfabetización al estilo cubano logrando resultados parecidos. Lo mismo acaba de ocurrir en Bolivia. ¿Por qué no imitamos esos ejemplos? Porque las condiciones políticas en que vive la República Dominicana son distintas a las de Cuba Revolucionaria de los años 60, a las de Nicaragua Sandinista, y a las particularísimas de Bolivia. Volveremos sobre el tema.
