Según los datos que suministra anualmente la Superintendencia de Seguros de la República, ese sector tiene un ritmo de crecimiento que supera el de la propia economía nacional y genera decenas de miles de millones de pesos e igualmente grandes beneficios al fisco.
Es una actividad empresarial o comercial rentable, con un amplio nicho para su expansión si como sugirió el Superintendente de Seguros de la República, Dr. Euclides Gutiérrez Félix, la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores (CADOAR) realiza una masiva campaña de educación sobre la conveniencia y el valor del seguro.
Un país castigado por los ciclones, huracanes, incendios y eventos de otra naturaleza que destruyen propiedades y bienes, y que tiene una enorme cantidad de negocios, empresas, pequeñas, medianas y grandes, incluyendo una inmensidad de colmadones, salones de belleza, etc., pudiera con una creativa campaña publicitaria aumentar significativamente la cobertura del mercado de seguro en el país.
Por eso, la propuesta del superintendente de Seguros es sabia e inteligente y debía ser acogida por las compañías de seguros a fin de que se utilice la prensa escrita, radio, televisión y hasta las redes sociales para concientizar a los sectores interesados sobre el valor del seguro.
Ahora bien, lo que resulta una incongruencia es que las obras oficiales como edificios, escuelas y otros patrimonios multimillonarios no cuenten con un seguro. ¡Qué barbaridad!