No es prudente, y una falta de tacto, por no decir otra cosa, iniciar una campaña prematura y galopante por la presidencia en Acroarte, cuando ni siquiera el actual presidente ha calentado la silla y no ha hecho el primer premio. Eso desdice mucho de los miembros que están en esa práctica, aun reconociendo el derecho de aspirar consagrado en los estatutos.
Me imagino cómo se debe sentir Jorge Ramos cuando no se ha sentado bien en el trono, y ya hay “compañeritos” y “compañeritas” que quieren sustituirlo. ¡Qué bárbaro!
En Acroarte hace mucho tiempo que se desterró esa práctica, que más bien le hace mucho daño a la vida institucional.
Esa práctica ha hecho colapsar a varias instituciones afines, la más reciente: el Círculo de Locutores, que por años ha sufrido de la campaña prematura.
La unidad y la paz que está reinando en Acroarte no es fruto del azar, es obra de la lucha que por años hemos librado acroartistas comprometidos por el bien y la institucionalidad.