Campesinos mexicanos dejan pueblo por ola de violencia

Campesinos mexicanos dejan pueblo por ola de violencia

HELIODORO CASTILLO, México. AFP. Florentino Soto, un campesino de 44 años, se dispone a regresar a Ixtayotla, un pueblo del convulso estado mexicano de Guerrero  que luce prácticamente desértico tras el éxodo de centenares de sus habitantes atemorizados por la violencia del crimen. 

 En las dos últimas semanas, alrededor de 1,000 habitantes de 13 comunidades de este empobrecido estado han abandonado sus casas ante las amenazas y agresiones directas de grupos no identificados de la delincuencia organizada, y muchos de ellos malviven en improvisados albergues habilitados por el gobierno estatal.   Florentino se encuentra desde el miércoles en uno de estos albergues del municipio Heliodoro Castillo, pero decidió volver por unas horas a su pueblo para chequear su casa y terreno, temeroso de perder su siembra y ganado.   Al llegar, la imagen del pueblo es desoladora.

Mientras una decena de chivos, burros y perros deambulan por la abandonada cancha de baloncesto, otros animales tratan de rescatar la poca comida que queda al interior de las casas.   «Vamos a causar lástima a la ciudad, estamos bien pobres. ¿Qué vamos a hacer, de qué vamos a vivir?», se lamenta este campesino, consciente de que incluso si vendiera todo su ganado no le alcanzaría para una renta lejos de Ixtayotla.  

Actualmente, no hay ni rastro de los más de 200 habitantes que solían vivir en este sencillo pueblo de montaña; sólo la presencia esporádica de patrullas militares y policías  que circulan.   Sin embargo, sí que quedó un habitante en Ixtayotla: el vecino de Florentino, Víctor Manuel Torres, un  discapacitado mental de 25 años que quedó solo en su casa luego de que su abuela, su única familiar, no lograra llevárselo.

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