Organizaciones campesinas pidieron al presidente electo Leonel Fernández que al asumir al poder disponga una auditoría al Plan Sierra, pues se quejan de que en vez de actuar como entidad de asesoría técnica, busca convertirse en compañía por acciones con la instalación de aserraderos en diferentes cuencas.

Los campesinos, que luchan por un consenso en el manejo forestal de la cuenca alta del Río Mao; en la Leonor de Toma, Santiago Rodríguez; la Meseta, Monción; Jánico y San José de las Matas, denunciaron que el Plan Sierra pretende monopolizar manejos forestales, detrás de alrededor de RD$1,500 millones en madera aprovechable.

Pidieron al Plan Sierra que defina con transparencia su real papel, pues actúa con dualidad, tras recordar que en el año 1983 fue constituida como ONG, por lo cual recibe actualmente un RD$1 millón mensual.

Rechazan el decreto 27-04 del 14 de enero del 2004, que entiende desprotegido a miles de campesinos de la zona, ya que mediante la referida disposición se le otorga la exclusividad de la regencia forestal al Plan Sierra.

Firman un documento con la posición, la Cooperativa Consorcio Forestal de Servicios Múltiples, Asociación Unida de la Sierra, Consejo para el Manejo de la Cuenca del Río Mao, Juan de Asociaciones para el Desarrollo de la Zona Pinera y Cafetalera de Toma y Palmarejo, así como el Comité de Defensa y Desarrollo de Jicomé.

Se quejan de que el decreto 27-04 deroga al 1432 emitido el 9 de enero del 1980 por entonces presidente Antonio Guzmán, que declaró de utilidad pública esos terrenos.

Afirman que el Plan Sierra revive la empresa maderera CXA que en las décadas del cincuenta y sesenta arrasó los pinos de Jánico, San Juan de la Maguana, Monción y Santiago Rodríguez.

Los declarantes sostiene que han cumplido la promesa con las autoridades forestales de sembrar en acciones coordinadas más de 15,000 tareas situadas en la parte alta de la cuenca del Río Mao, de donde depende la presa de Monción.

«El Plan Sierra debe reorientar sus funciones y dejar que los serranos sean protagonistas y dejar que los serranos sean protagonistas de su propio desarrollo, permaneciendo como entidad de asesoría técnica y no como comercializadora de los recursos de la región en su propio beneficio», expresan.

Entienden que de esa forma se actúa en detrimento de los miles de habitantes que allí residen y trabajan en extrema pobreza, pero rodeado de riquezas incalculables.

Consideran que el Plan Sierra cambia de «posición y color» según el vaivén político del momento. Recordó que en los años 1992-93 diseñó varias propuestas de planes estratégicos.

Citaron el Plan Maestro Forestal, elaborado por la Cooperación Sueca, el plan de Reordenamiento y Desarrollo Ecológico de la Sierra, el Plan para los Manejos de las Zonas de Celestina y la Cuenca del Río Mao.

Explican que con el Plan Maestro Forestal se estableció la Agencia Forestal a través de la cual se ha convertido en el regente forestal único y monopólico de la Sierra, supuestamente apadrinado por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente.

«Con esta estructura de carácter comercial, Plan Sierra se convertirá en una compañía por acciones y para tales fines está abriendo aserraderos ubicados en diferentes lugares de las diferentes cuencas que cubren la Sierra Central, con los cuales se revive la antigua compañía Maderera con los Meras y el Estado como Socios», precisan.

Agregan que la Agencia Social es otra empresa con marcada pretensión lucrativa a través de la cual se promueve el llamado fondo francés que fue una donación de RD$50 millones del gobierno francés, y con el mismo se ha iniciado la capitalización del Plan Sierra, que evolucionará hacia una compañía por acciones.

Los campesinos ven que el Plan Sierra es una entidad camuflajeada para preservar los grandes intereses de la oligarquía de Santiago, y que su zona es la «gran hacienda forestal» del grupo económico de esa ciudad.

En cada momento, añadió, se hace presente con un nuevo instrumento, con el cual obliga a cada gobierno asignarle cuantiosos recursos.