Campesinos se aferran a fincas privadas Honduras

Campesinos se aferran a fincas privadas Honduras

TOCOA, HONDURAS. AFP.  Protegidos del sol y la lluvia por casuchas de madera y plásticos, unos 600 campesinos resisten en la finca ‘Los Laureles’ temerosos de un repentino ataque de los guardias de terratenientes a quienes arrebataron la tierra en el valle del Aguán, en el noreste de Honduras. 

Cada madrugada,  los campesinos dejan sus rústicas camas de madera y se alistan para la faena, que inicia con la corta de las semillas de palma africana, de la cual se extrae aceite para la industria cosmética y de alimentos.   La labor corre pareja para hombres, niños y mujeres, aunque a ellas corresponde -antes de internarse en las densas plantaciones- hacer las tortillas y cocinar los frijoles y los huevos para el desayuno de las familias.  

Ésta, como las anteriores y posiblemente las futuras, será una jornada cumplida en un permanente estado de tensión por la amenaza siempre latente de un ataque.   «La verdad es que yo tengo temor a los guardias porque son peligrosos, ya mataron a un compañero», declara a la AFP Johana Borjas, de 26 años, tesorera de la cooperativa ‘Los Lureles’ que se organizó tras la ocupación de la finca.   Luego del desayuno, armados con sus «palayos» (tubos de aluminio) se despliegan a lo largo y ancho de las 529 hectáreas de la finca.

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