Campos de Moya cruzó en rojo

Campos de Moya cruzó en rojo

El 25 de octubre último, el empresario Campos de Moya Fernández, hijo de mi amigo y jefe cuando el suscrito se desempeñaba como director de Información de Foresta y Silvestre Campos de Moya era titular del ministerio de Agricultura (1966), estimo se cruzó en rojo al acusar, sin pruebas, al empresario del transporte Antonio Marte, de delincuente y gángster.
El dirigente transportista respondió que esa acusación deberá reiterarla en los tribunales, donde lo acusará de difamación e injuria, en un match en el que no pocas singularidades e irregularidades empresariales podrían dilucidarse.
Antonio Marte avanzó que emplazará a Campos de Moya explicar el origen de su fortuna, conociéndose que Silvestre Alba de Moya no fue un potentado, sino un pequeño productor agrario, y Marte aclaró que su fortuna la hizo con el tiempo trabajando.
Acusó a Campos de Moya pretender junto al más poderoso grupo empresarial del país que representa, cuya fortuna inmensa sería tema de análisis, con el padrinazgo siempre de los gobernantes, desde Ulises Heureaux hasta hoy, de intentar dominar la lonja del transporte público, concho y carga, y adujo disponer de créditos ilimitados de Pekín, percibiéndose que se trata de una puja de intereses.
La tónica de Campos de Moya sorprendió a más de uno, debido a que no se corresponde con el historial de mesuras con que siempre se ha manejado.
En una ocasión expresé a mi hermano afectivo Mario Álvarez Dugan, director de HOY, que disponía de confidencias en relación a un acto proditorio de un personaje político, y observándome, si tenía la prueba, que es la herramienta que condena, llevarlo al fiscal, sin involucrar al periódico, otra vez, como hice antes, que surgió una demanda que luego se consensuó pre-tribunal.

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