El peligro de que cientos de familias sean arrastradas por la cañada de Guajimía, en Santo Domingo Oeste, ante cualquier fenómeno natural, se multiplica, debido a que su saneamiento quedó a media y la parte que fue cubierta se destruye y sus áreas verde ocupadas nuevamente ante la indiferencia de las autoridades.
Mediante un recorrido por el lugar se pudo comprobar que gran parte de la cañada que fue cubierta, en una primera etapa, en el 2013, con una inversión de US$83 millones, se ha hundido, en otras sigue abierta por donde penetra todo tipo de desperdicio y los diez metros que se dejaron como áreas verde a ambos lados están llenas de viviendas,
Pedro Girón Puello, quien vive al lado de Guajimía, explica que las autoridades dejaron abierta las cañerías que descargan en la gran caña, pero que cuando llueve se taponan provocando que las aguas corran por encima. Precisamente las calles 3 y 4 descargan sobre un hoyo de la parte cubierta de Guajimía, por donde han perdido la vida algunas personas en tiempo de fuertes lluvias.