El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se comprometió este jueves, durante la cumbre de líderes sobre el clima, a reducir las emisiones de Canadá en la próxima década hasta un 45 %, una cifra superior al objetivo fijado en el Acuerdo de París.
En París, Canadá se comprometió a una reducción del 30 % de sus emisiones con respecto a las de 2005. Pero incluso con el nuevo objetivo anunciado hoy por Trudeau, Canadá sigue estando por debajo de las reducciones de Estados Unidos y Europa.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló al inicio de la cumbre que este país recortará sus emisiones un 52 % para 2030.
Los dos principales partidos a la izquierda del gobernante Partido Liberal de Trudeau han señalado que el nuevo objetivo de Canadá no es suficientemente ambicioso. El socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), el cuarto partido del país, solicitó una reducción de al menos el 50 % mientras que el Partido Verde reclamó un 60 %.
Mientras, el principal partido de la oposición, el Partido Conservador, se negó recientemente a incluir en su declaración política que el cambio climático es real.
Canadá nunca ha cumplido ninguno de sus objetivos de reducción de emisiones y es el único país del mundo que, en 2012, se retiró del Protocolo de Kioto, el primer tratado internacional establecido para reducir las emisiones en gases con efectos invernadero, tras ratificarlo.
Un reciente informe señaló que las emisiones de dióxido de carbono de Canadá aumentaron en 2019 un 0,2 % con respecto a las de 2018 y que las emisiones del país sólo se han reducido un 1,1 % con respecto a las de 2005.
A pesar de su historial, Trudeau declaró hoy al presentar sus objetivos en la cumbre que «Canadá es un socio comprometido en la lucha global contra el cambio climático».
Canadá es uno de los principales productores de petróleo del mundo y es también uno de los países con mayores reservas confirmadas de crudo. Los grupos ecologistas consideran los yacimientos de arenas bituminosas de Canadá, la principal fuente de petróleo del país, uno de los crudos más «sucios» del planeta.
La semana pasada, un informe del grupo ecologista Enviromental Defence reveló que en 2020 Canadá proporcionó 18.000 millones de dólares canadienses (14.400 millones de dólares estadounidenses) en subsidios y ayudas económicas al sector petrolífero.