El Ejército separó de sus filas al sargento Miguel Sena Pérez, quien golpeó a un sacerdote católico que había hecho oposición a la bulla que producía un “discolight” que el militar operaba en Neyba. El sacerdote  Michel Vargas Rosario  no esperaba encontrarse con una reacción violenta del militar, quien en principio fue protegido por la Policía del lugar. El “discolight” fue cerrado por la secretaría de Medio Ambiente.

El sargento del Ejército Miguel Sena Pérez fue cancelado tras agredir  al cura párroco de Neyba, Michel Vargas Rosario, en represalia por sus reclamos  porque  una “discoligth”, propiedad del militar, molestaba a la comunidad. El negocio  fue cerrado por la secretaría de Medio Ambiente.

Una comunicación del Ejército precisa que Sena Pérez   fue negligente y mostró un comportamiento alejado de los procedimientos militares. Mientras,  el sacerdote explicó que  se asiló el  28 de febrero  en el cuartel de la Policía, porque no soportó  el ruido de la jeepeta  en la que el agente vendía bebidas alcohólicas, y que hasta allí llegó el sargento, le obstruyó el paso con su vehículo y le golpeó con los puños y con una silla.

Narra que reportó la agresión al gobernador Luis Emilio, que le asignó una custodia policial, y que luego acudió a la fortaleza a quejarse.

“La Policía lo detuvo, pero lo soltó rápido y entonces me cayó a pedradas y le partió la cabeza a un seminarista que andaba conmigo. Me buscaba para matarme”, contó Vargas.