La falta de educación sexual, en los países latinoamericanos, es un problema cultural que nos hace más propensos a adquirir enfermedades de transmisión sexual.
Pese a los programas de orientación y las campañas que se hacen, el temor de muchos padres a tocar el tema de la sexualidad abiertamente con sus hijos, es una realidad.
A propósito de esto ¡Vivir! te ofrece algunas orientaciones sobre las medidas a tomar para prevenir el cáncer de cuello uterino o cérvix, el segundo que más ataca a la mujer, luego del mamario, y que es causado en un 100% de los casos por el virus de papiloma humano (VPH), el cual se transmite por el contacto sexual.
Y es que según nos explica el reputado ginecólogo puertorriqueño, Hiram Marelet, quien visitó el país para tratar el tema de la disponibilidad de la vacuna para un grupo de edad de 26 a 45 años, existen muchos tipos diferentes de VPH, que aunque en la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente, sin necesidad de un tratamiento específico, ciertas cepas de alto riesgo, como la 16 y 18, conducen al cáncer cervical. Otras, de bajo riesgo como la 6 y la 11 causan verrugas genitales.
Este cáncer afecta a mujeres entre los 30 y 55 años de edad, siendo las jóvenes de menos de 17 años, sexualmente activas, más vulnerables a adquirir el virus, porque hay un área en el cuello del útero que se llama zona de transformación, la cual es altamente susceptible al ataque del VPH. En el caso de las niñas, pueden adquirir el virus a través de un canal infectado de su mamá al momento del alumbramiento.
Síntomas
La mayor parte del tiempo, el cáncer cervical es asintomático. Pero en una primera etapa podemos identificar el flujo vaginal continuo, que puede ser pálido, acuoso, rosado, marrón, sanguinolento o de olor fétido; sangrado vaginal anormal entre períodos, después de la relación sexual o después de la menopausia, períodos menstruales más abundantes y que duran más de lo normal.
Cuando estos eventos ocurren, tienen en muchos casos consecuencias que van desde la ansiedad hasta la depresión. Y en niveles más avanzados de la enfermedad causa reacciones como: inapetencia, pérdida de peso, fatiga, dolores en la pelvis, la espalda y las piernas, inflamación en una sola pierna, sangrado vaginal profuso, fuga o filtración de orina o heces por la vagina y fracturas óseas.
Exámenes
Los estudios más comunes para evaluar y tratar este padecimiento van desde pruebas de DNA para determinar la gradación del virus existente, colposcopia, hasta biopsias. Sin embargo, cualquier esfuerzo que se haga para evitar que nuestra población femenina pase por estas experiencias, es de gran valor.
Tratamiento
Depende de la etapa del cáncer, del tamaño y forma del tumor, la edad, la salud general de la mujer y su deseo de tener hijos en el futuro.
Prevenir
Hay muchas alternativas para la prevención de esta enfermedad, pero sin lugar a dudas la primera es la abstinencia en edades tempranas. Visitar el ginecólogo con regularidad una vez inicias una vida sexual activa. La fidelidad y utilizar algún método de barrera, fundamentalmente los profilácticos, que van a prevenir un 80% de contagio.
Importancia de la vacuna
Una noticia satisfactoria es saber que desde el 2006 la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos aprobó la vacuna llamada Gardasil, la cual protege a las niñas y mujeres jóvenes entre los 9 a los 26 años contra los cuatro tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello uterino, además previene las verrugas genitales y lesiones premalignas en la vulva y la vagina.
Y aunque no exista la misma efectividad en términos de prevención una vez se ha estado expuesto a algunas de las cepas de este virus incluidas en la vacuna, las agencias reguladoras recomiendan a la mujer que no tenga ninguna otra contraindicación, vacunarse para obtener cierto grado de protección hacia las otras variantes del virus.
Retos
Se estima que entre el 50 y el 80% de la población sexualmente activa en el mundo, va a desarrollar contacto con el virus en algún momento de su vida. La gran misión es crear conciencia sobre los efectos fatales que puede ocasionar este virus a sus hijas, y vacunarlas para prevenir. Esto debe ir acompañado de las buenas orientaciones de los padres respecto al tema. ¡Recuerde! Los males a tiempo tienen remedio, visite su médico.
El especialista
Dr. Hiram maralet
hpv.vac@gmail.com
La vacuna y la salud reproductiva
Para los que piensen que esta es la primera vacuna para la prevención de una enfermedad sexualmente transmisible, la realidad es que no es así. Ya antes se habia usado la de la Hepatitis. Creo que es momento de madurar la conceptualización en el tema de la sexualidad y separarlo del sexo, que como actividad ha sido extensamente explotada y comercializada.
Mantener los órganos reproductivos saludables es y debe ser un compromiso combinado de todos: inclúyase, profesionales de la salud, los educadores, el gobierno y los medios de comunicación.