Cualquier mujer puede tener cáncer de mama, pero se han determinado que existen ciertos factores que hacen que algunas mujeres tengan más probabilidades de enfermarse.

Así lo afirma el doctor Luis Rojas, gineco obstetra oncólogo y presidente del Consejo de Administración de Clínica Abreu, quien explica que el cáncer de mama es una proliferación maligna de las células epiteliales que revisten los conductos o lobulillos de la mama.

En octubre se conmemora el Mes de la Lucha Contra el Cáncer de Mama. Durne este mes, instituciones de todo el mundo desarrollan campañas de concientización y detección temprana de cáncer.

Rojas advierte que uno de los pasos fundamentales para determinar el riesgo de cáncer de mama es la obtención de una historia clínica detallada que permite al médico planificar estrategias preventivas y diagnósticas y darles orientación a las pacientes.

Aquellas pacientes que tienen una historia familiar de cáncer de mama aumentan el riesgo relativo global de una paciente padecer cáncer de mama.

La mayoría de los cánceres de mama se producen esporádicamente sin una asociación genética reconocible, pudiendo atribuirse aproximadamente solo del 5 al 10 por ciento a genes de susceptibilidad al cáncer de mama.

Esos genes son BRCA1 Y BRCA2, pero las mutaciones por esos genes justifican solo alrededor del 15 por ciento de todos los cánceres de mama familiares, lo que sugiere que existen otros genes de susceptibilidad a ese mal.

Igualmente se ha demostrado una relación con la primera menstruación y la menopausia tardía, siendo que las mujeres con cáncer de mama empiezan a menstruar a edades más temprana y cuanto más larga es la fase reproductora de la mujer, mayor es el riesgo de desarrollar un cáncer de mama.

Rojas afirma que la exposición de por vida a los estrógenos endógenos (hormonas sexuales) desempeñan un papel promotor del cáncer de mama.

“Las mujeres que nunca han estado embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama que las que han tenido uno o más hijos”, señala el especialista.

Diagnóstico y tratamiento. Obtenida la historia de la paciente, para evaluar una masa palpable en la mama, se recurre a un diagnóstico por imagen, generalmente mamografía y ecografía, y una biopsia.

Rojas indica que si ya se tiene un diagnóstico confirmado por biopsia y estadificado, se evalúa cuál es la modalidad de tratamiento más conveniente.

La terapia que se aplique depende de muchos factores, entre los que se incluye el estadio o etapa en que se encuentre el tumor, si hay o no metástasis, el tamaño del cáncer y también de cómo sean las células cancerosas.

En las etapas primeras del cáncer se recurre a la cirugía para extirpar el tumor, y a menudo el abordaje quirúrgico se complementa con radioterapia para eliminar las células tumorales que hayan podido escapar en la cirugía.

Si el cáncer se encuentra diseminado en otras zonas del organismo, se emplea la quimioterapia o la terapia hormonal previo a la realización de estudio inmunohistoquímico.