QUITO (EFE).- Los cancilleres de 34 países de América se reúnen desde mañana domingo en la capital ecuatoriana para analizar la situación interna del continente, encarar los problemas de los regímenes democráticos y asumir los desafíos globales.

La XXXIV Asamblea General de ministros de Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA) abordará en Quito cerca de ochenta temas sobre democracia, comercio, integración, derechos humanos, libertad de expresión, seguridad, drogas, terrorismo, pobreza, desarrollo, educación y salud, entre muchos otros.

Asistirán los cancilleres de Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, EEUU, Granada, Guatemala, Guayana, Haití, Honduras, Jamaica, México y Nicaragua.

También participarán los cancilleres de Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

Los ministros harán una «radiografía» del continente para elaborar nuevas medidas orientadas a solucionar los problemas hemisféricos y definir estrategias que permitan integrar al continente en la globalización mundial.

«El desarrollo social y la democracia frente a la incidencia de la corrupción», es el tema central de la Asamblea propuesto por el Gobierno de Ecuador en su calidad de país anfitrión de la cita.

Sin embargo, las dificultades democráticas en Venezuela, en Haití y en Colombia, así como la reclamación boliviana a Chile por un acceso al Océano Pacífico, se perfilan como los asuntos que dominarán las discusiones de los cancilleres.

Los ministros americanos tendrán también que afrontar las protestas de los grupos indígenas y sindicales ecuatorianos, que aprovecharán la reunión para criticar lo que consideran un predominio de Estados Unidos sobre el resto del hemisferio, y en particular en los aspectos financieros y comerciales.

Según los organizadores, las manifestaciones se centrarán en el lema de «no pagar la deuda externa», que ya fue enarbolado en la década de los años ochenta por el Gobierno socialista de Cuba, el único país del continente que no forma parte del foro americano.

Los indígenas ecuatorianos rechazan también la formación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), los tratados de libre comercio que Estados Unidos negocia con algunas naciones sudamericanas y de Centroamérica, y la incidencia directa de Washington en el conflicto interno de Colombia.

El presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, ha previsto una amplia operación de seguridad para facilitar el trabajo de los cancilleres, con la participación de unos 3.500 agentes de la policía y de las fuerzas militares.

El dispositivo de seguridad se concentrará en la custodia del secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, que dispondrá de una vigilancia adicional integrada por 200 efectivos del Ejército.

Un lujoso hotel quiteño ha sido adecuado para acoger a las delegaciones de los países miembros de la OEA, así como a los observadores de España, Francia, la Unión Europea y de las Naciones Unidas.

La amplia agenda incluye la designación del próximo secretario general de la organización en sustitución del colombiano César Gaviria, que ha permanecido en ese cargo durante los últimos diez años.

El ex presidente costarricense Miguel Angel Rodríguez es el único candidato para ocupar la vacante dejada por Gaviria, y se prevé que sea designado por aclamación de todos los asistentes.

Gaviria presentará su informe de salida y Rodríguez ya ha anticipado que intentará «relanzar» la organización con el fin de convertirla en un ente dinámico y participativo en cada uno de los países miembros.

Rodríguez ha manifestado su intención de reintegrar a Cuba como miembro de la OEA, siempre y cuando el Gobierno de La Habana cumpla con las disposiciones democráticas contenidas en la Carta Interamericana que rige los destinos de la organización.

La Asamblea General de la OEA concluirá el próximo miércoles con una declaración que ha sido sometida a un proceso de consenso y que que resumirá las discusiones sobre los 79 temas oficiales de la reunión.