Cancún, de decepción en decepción

Cancún, de decepción en decepción

Todo parece indicar que si los movimientos sociales y ambientales del mundo no se movilizan, no se lograrán más acuerdos en esas conferencias mundiales que reúnen a políticos más que a científicos: todo parece indicar en cuanto a reducción de emisiones a la atmósfera que no se logrará nada y, sin ella, la situación del planeta podría seguir una evolución preocupante.

Este martes los movimientos sociales marcharon desde el centro de Cancún hacia la sede oficial de la Conferencia bajo los lemas “No a REDD” y “Sí a Cochabamba”. Varios activistas sociales defendieron la agricultura campesina como mecanismo de enfriar el planeta, en igual  sentido se expresó Karin Nansen, vicepresidenta de Amigos de la Tierra,  quien dijo que “las propuestas deben salir de los pueblos”. Se rechaza el  comercio de carbono porque es la mercantilización de la naturaleza, que es en lo que se está avanzando en estos foros”. Y con razón, debemos rechazar todas las modalidades mercantilistas parecidas a los canjes de los años 80, porque han demostrado que sirven solamente para que las naciones desarrolladas sigan contaminando el Planeta, sin remordimiento ni mala conciencia.

La Vía Campesina, la Red Indígena del Medio Ambiente, Amigos de la Tierra Internacional y representantes de gobiernos de los países miembros del ALBA condenaron las falsas soluciones y acuerdos secretos impulsados en las negociaciones. Llamaron a movilizaciones y acciones en todo el mundo para impulsar las soluciones a la crisis climática que se basen en los conocimientos indígenas tradicionales, en las prácticas de las comunidades, los derechos humanos y los derechos de la naturaleza.

Sin embargo, no parece fácil que los occidentales abandonen su antropocentrismo; la globalización cultural no ha llegado hasta allí. Debemos esperar más refugiados climáticos en el mundo porque  el incremento en la temperatura aceptado de cuatro grados, como lo estamos viendo en las negociaciones, producirá la muerte de cientos de miles de personas. Cada año, 300,000 personas mueren en desastres naturales causados por el cambio climático. Esto crecerá a millones si no se logra un acuerdo real, en lugar de un “Cancún-hagen”, como ya circula en Cancún. Como Estado Insular, debemos prepararnos para sufrir las consecuencias de tan inconsistente actitud de los países responsables de nuestra inseguridad y exposición a riesgos que no podremos ni predecir ni prevenir ni mitigar.

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