Candelier se lanza a política

Candelier se lanza a política

El mayor general retirado Pedro Jesús Candelier inició anoche públicamente su carrera política con aspiraciones presidenciales, con la advertencia de que «si no queremos seguir fracasando y acumulando los problemas», ha llegado la hora de que se instaure en el país una “democracia participativa y popular”, que incluya una reforma constitucional que establezca referéndum y plebiscito.

Con este modelo político que enunció el ex jefe de la Policía, se buscaría restituir al pueblo parte del mandato que actualmente delega, obligando que la sociedad controle al poder, a los funcionarios a sujetarse a la ley, así como a respetar sus compromisos con los electores.

Igualmente, favoreció un cambio radical basado en un modelo económico enfocado en el  crecimiento con desarrollo humano, la competitividad y la sustentabilidad; así como en el monitoreo de la sociedad a los gobernantes y en la  “revocación del mandato a los falsos profetas”.

Al dirigir un discurso a la Nación a través del programa televisado Con Freddy y Punto, que se difunde por Color Visión, canal 9, Candelier contó pormenores de los recorridos que realiza por el país y delineó los puntos fundamentales de lo que considera debe ejecutar un gobierno.

Expuso que se está  en presencia de un liderazgo que no conduce al país en la línea correcta, mientras que el gobierno, dijo, anda pegando parches, sin un plan para enfrentar los problemas desde sus causas.

El ex jefe policial expresó que los hogares están en   zozobra permanente, la corrupción parece no tener fin y los delincuentes imponen el terror en las calles.

Ve a los dirigentes políticos con posturas prepotentes, excluyentes y discursos vacíos. «Algunos se pretenden poseedores absolutos de la verdad, pero no resuelven nada», sostuvo.

Estimó que actualmente el gobierno impone «su insaciable voracidad fiscal, solamente para gastar en burocracia excesiva y en hacer más de lo mismo».

Entiende que se trata de un triste balance y de una dolorosa prueba del fracaso a lo largo  de la historia, de los administradores del país, cuya credibilidad ve colapsa en forma progresiva.

En sus recorridos de consulta, dijo, lo identifican como «el hombre que hace falta para enderezar este país»,  erradicando la improvisación, la corrupción y manteniendo a raya a la delincuencia de la calle y de cuello blanco.

«En resumen, pueblo dominicano, señoras y señores: quien les habla asume que es ciertamente necesario dar un paso adelante los que estemos dispuestos a asumir el liderazgo responsable, competente y veraz que exige la grave crisis del modelo dominicano de vida», dijo.

Aclaró que no se puede seguir creyendo que un solitario protagonista, sea partido o líder,  «nos va a salvar», sino que cada quien debe asumir su cuota de responsabilidad y  hacer el compromiso de trabajar por el bien común, especialmente por los más pobres.

«Este es, a mi juicio, el desafío; si se me convoca para enfrentarlo y nos integramos todos para triunfar, la sociedad dominicana podrá contar con Pedro de Jesús Candelier», adelantó.

Anunció que continuará sus contactos «para comprobarlo» y luego anunciará su decisión final. En su discurso apeló a los símbolos patrios y de la cultura religiosa dominicana como la Virgen de La Altagracia.

Candelier ocupó funciones en gobiernos de Joaquín Balaguer, Leonel Fernández e Hipólito Mejía. Inició su carrera militar en el Ejército, lo que le permitió dirigir la disuelta dirección de Foresta. Fue transferido a la Policía, institución que dirigió hasta que fue llevado a la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), donde fue destituido al retornar Fernández al poder, el 16 de agosto de 2004.

VACÍO LIDERAZGO

«Es quizá como consecuencia de los problemas largamente acumulados  y a la pérdida de confianza de la población en las opciones conocidas, que el país está buscando un nuevo liderazgo y debe ser el motivo por el cual, a quien les habla, se le está invitando a competir por la Presidencia de la República”, opinó Candelier.

Por ahora, indicó, ha preferido incursionar, no en el debate político sino en la discusión sistemática de los problemas de fondo del país, en diálogo abierto con los distintos sectores y organizaciones sociales y con sus líderes. 

«Trataré de presentar en esos escenarios mis modestos aportes y mis ideas de cómo encarar y resolver la problemática nacional, y de conocer lo que opinan los demás respecto a los grandes temas sociales, económicos e institucionales», puntualizó.

Poco a poco, agregó,  irán identificando y concertando alternativas de solución a los problemas, incluyendo  prácticas de humildad y tolerancia ideológica para superar las divisiones.

POPULARIDAD

«Se me han mostrado estudios y encuestas en las que aparezco con un alto average al comparar distintas personalidades a partir de los valores y cualidades que debe reunir el liderazgo que requiere el país en estos momentos», expresó Candelier en su discurso.

RECORRIDOS

Dijo que personas de distintas localidades y del exterior vienen pidiéndole que se lance a la actividad política y promueven desde ya su nombre como aspirante presidencial.

«Lo que estoy encontrando en mis contactos son ciudadanos irritados y decepcionados; incluso personas de entre quienes pusieron sus esperanzas en el resultado electoral del año pasado, gritan hoy su frustración y se consideran engañadas» dijo.

«He afirmado que debo tomarme un tiempo prudente para  decidir una cuestión de tanta envergadura, pero que, en tanto llega ese momento, estoy consultando con la gente, visitando hogares, grupos y comunidades, conociendo sus opiniones y actitudes», expresó.

GOBERNANTES

Cada cierto tiempo, señaló, «nos miramos todos a  la  cara» al escuchar al Presidente  de la República lamentando que el país sea un caos y pronosticando catástrofes.

Sin embargo, dijo que ni la sorpresa ni los temores presidenciales tienen justificación lógica, pues hace tiempo que la vida nacional es, más que un caos, un infierno, a  pesar de estadísticas gubernamentales extraídas al parecer de una dimensión virtual.

«Hay quejas de que se habla mucho pero que escasean los hechos positivos, que el costo de la vida sigue muy elevado, que los servicios han empeorado, especialmente la energía eléctrica, y que ha crecido la inseguridad», agregó.

POBREZA

Candelier dijo que todas las investigaciones aplicadas a la realidad nacional prueban que  la inmensa mayoría de la población sigue excluida,  empobrecida y sin esperanzas en un futuro mejor. 

Agregó que de cada 100 dominicanos, 56 son pobres y 28 muy pobres. Las cifras del desempleo y el subempleo superan el 35% de la Población Económicamente Activa, la      escolaridad promedio de la fuerza laboral no supera el nivel primario.

Igualmente, que el parque productivo es tecnológicamente obsoleto y productos claves de la economía pierden competitividad en los mercados y las remesas han perdido valor.

«CUADRO DE ESPANTO»

«Nuestros gobernantes parecen no tener plena conciencia de que los problemas que agobian al pueblo dominicano son de una gravedad tan abrumadora, que ningún grupo o partido cuenta por sí solo con capacidad suficiente para enfrentarlos con éxito», dijo.

A pesar de estar frente a este cuadro de espanto, señaló, se ve a dirigentes con posturas prepotentes y excluyentes y discursos vacíos. Algunos se pretenden poseedores absolutos de la verdad, pero no resuelven nada. 

«LLAMADO AL DEBER» 

«Obviamente, estoy consciente de que la cosa no es tan simple. En todo momento de mí vida he sabido responder a los llamados del deber, tanto en las filas castrenses, hasta que fui puesto en retiro por el actual gobierno, como en las distintas funciones que me ha tocado desempeñar», dijo Candelier.

Resaltó que su visión de la actividad pública ha sido siempre la de un gerente, justo pero exigente, especialmente en lo que tiene que ver con el cumplimiento de la ley y la sujeción a un plan con objetivos de interés general. 

En virtud de ese enfoque, expresó, debe ser cauto a la hora de tomar una decisión respecto a una aspiración presidencial.

Afirmó que ha probado tener  un concepto profundamente ético del servicio público y del cumplimiento de las normas

«No me seduce el brillo del poder por el poder mismo, aunque sí creo que éste puede ser  útil a la comunidad si se usa para servir al bien común y no a intereses particulares.   “En tal sentido, cabe preguntarnos: ¿Para qué querríamos el poder?», expuso.   

PLAN NACIONAL

Candelier planteó la necesidad de un Plan de Nación alrededor del cual se unan todas las fuerzas de la sociedad dominicana, bajo la inspiración y la guía de un liderazgo político y social comprometido y con la vocación, la honradez y el coraje para hacer posible que en la República Dominicana se pueda:

-Erradicar la improvisación, la corrupción y la politiquería;

-Eliminar la pobreza y la crisis energética;

-Cumplir y hacer cumplir la ley;

-Respetar y hacer respetar el derecho ajeno;

-Preservar el tesoro de la Libertad  y hacer cada vez más fuerte a la Justicia;

-Mantener a raya a los delincuentes, sean de la calle o de cuello blanco;

-Fomentar el crecimiento económico con desarrollo humano;

-Promover oportunidades para los más pobres, la equidad social y el mejoramiento de los servicios; 

-Preservar los recursos naturales y medio ambientales; 

-Invertir lo que es debido en educación, salud, seguridad social y vivienda popular;

-Superar los déficit de la economía en materia de tecnología y paridad de los términos del intercambio comercial, subsidios y medidas compensatorias, en la formación del capital humano y en el costo y acceso a fondos para el  desarrollo;

-Rescatar la confianza en las instituciones y la vigencia de «nuestros valores» y creencias.

«En fin, trabajar centrados en los objetivos de un Plan de Nación previamente consensuado y ejecutarlo con la participación de la sociedad a través  de una reforma constitucional e institucional avanzada y orientada hacia la apertura democrática», insistió.

REFÉNDUM

A través de tal reforma constitucional debemos establecer instrumentos como el referéndum y el plebiscito para adoptar las grandes decisiones nacionales con la participación del pueblo; así como el de la revocación popular de los administradores públicos que incumplan sus compromisos y obligaciones frente a la constitución, la ley y la sociedad, propuso. “Nuestros líderes no siempre han sabido corresponder al poder de representación que se les ha otorgado”.

DEMOCRACIA POPULAR

Llamó a inspirarse en los valores cristianos y en los nobles objetivos de los fundadores de la República,  para construir una nueva vida por y para los dominicanos, impulsándola y garantizándola por medio de una nueva institucionalidad, basada en la democracia participativa y popular que enunció.

Planteó un proceso permanente de concertación y participación, en el que la sociedad discuta abiertamente sus problemas.

SU EQUIPO

«Cabe preguntarnos ¿con quiénes contaríamos para asumir  el reto y los sacrificios que implicaría la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir los objetivos del Plan de Nación? ¿Cuáles son los sectores y actores sociales, a nivel nacional y de provincias, con la visión y el coraje para suscribir un Nuevo Pacto Social en la República Dominicana, y para auto imponerse los sacrificios que implicaría el cumplimiento de los objetivos del Plan de Nación?», manifestó. 

Dijo que personalmente, y junto a su familia, cree en la necesidad de luchar para preservar el Estado de derecho y las libertades; en la necesidad de luchar para procurar, en el marco institucional, los planes y acciones que necesitamos urgentemente para que el hogar de cada dominicano y cada dominicana sea un espacio de paz y de felicidad y para que el barrio, el campo, la escuela, la fábrica o la oficina sean espacios de construcción de un futuro mejor para todos, en un ambiente libre de todo temor.

«Siempre he asumido responsabilidades y estoy dispuesto a seguir asumiéndolas.  Pero, como dice la sabia expresión popular, una golondrina no hace verano; es la sociedad dominicana, impulsada por sus actores más probos y decididos, pero como un todo,  la que tiene que ponerse de pie y decidir que podemos vivir de una manera diferente», precisó.

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