RÍO DE JANEIRO. AP. Marina Silva, una de las principales candidatas a las elecciones brasileñas, quien pudiera ser la primera presidenta negra del país, dijo ayer que si la eligen mejorará las relaciones con Estados Unidos e impulsará con fuerza los derechos humanos en países como Cuba.

Silva, antigua activista de la región amazónica, senadora y ministra del Ambiente que impulsó políticas que han ayudado a Brasil a reducir el ritmo de destrucción de los bosques, se encuentra repentinamente en una caldeada campaña presidencial en que compite contra la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, que Silva ayudó a fundar hace decenios”.

“Brasil tiene una gran oportunidad de convertirse en un líder global liderando con el ejemplo”, dijo Silva al hablar sobre los derechos humanos y la protección del medio ambiente. “No podemos cambiar nuestros valores por razones ideológicas o políticas, o por puro interés económico”.

Al preguntársele si mantendría la fuerte inversión y el apoyo político brasileño a regímenes como el de Cuba, Venezuela, China e Irán, Silva dijo que el diálogo es esencial con esos países, pero que sus convicciones personales significan que Brasil levantaría más la voz en la defensa de los derechos humanos.