Por Santiago González
SANTIAGO.- Pese a que no hay propuestas políticas de los aspirantes a cargos congresionales y municipales sobre cómo van a contribuir a superar los problemas de este municipio, esta ciudad sigue aumentando su importancia como  centro de la actividad económica de esta región del Cibao.

En las últimas dos décadas, la ciudad ha pasado de una economía dependiente principalmente de la agroindustria (sobre todo del tabaco) y del comercio, para convertirse en un centro atractivo para empresas industriales de zona franca, relacionadas especialmente con la confección textil.

El crecimiento de la ciudad se ha orientado fundamentalmente hacia el Norte, el Nordeste y el Este, pero una tendencia del último año muestra cómo se extienden importantes proyectos habitacionales, educativos y comerciales en la parte Sur del municipio. Los desafíos que tienen por delante los candidatos a dirigir el municipio están centrado, básicamente en respuesta a los problemas de un crecimiento desordenado, deterioro de los principales servicios públicos y la higiene colectiva o deposito final de los desechos sólidos.

El proyecto “Red de Monitoreo Ambiental en la Ciudad de Santiago” aborda como principal problema del municipio, el  deterioro de la calidad ambiental en el entorno urbano, incluyendo su patrimonio arquitectónico.

Ve con preocupación cómo no se han planteado soluciones a la contaminación de “cañadas”.  Estima que  en cada kilómetro de estas viven aproximadamente 100 familias que vierten semanalmente 200,000 galones de aguas residuales.  “Este es un problema permanente, especialmente en los barrios que carecen de un sistema de alcantarillado sanitario”, indica el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR/PUCMM)  que ha estudiado el fenómeno.

Hasta ahora los candidatos a la sindicatura han anunciado sus proyectos para atender la proliferación de vertederos públicos a cielo abierto, especialmente el de Rafey.

Asimismo, el  Plan Estratégico de Santiago (PES), hacía el 2010 visualiza los problemas que generará el crecimiento citadino, indicando que “es necesario el fortalecimiento de un sistema de planificación, control y articulación del espacio municipal y su entorno; considerando la funcionalidad, el equilibrio ambiental, la protección del patrimonio urbanístico – arquitectónico, el manejo de los riesgos sísmicos y la reducción del déficit de viviendas, equipamientos, infraestructura y servicios”.