LIMA (AFP).- La derechista Lourdes Flores y el socialdemócrata Alan García libraban una guerra sin cuartel a pocos días de la elección del domingo con el fin de pasar a la segunda vuelta y disputar la presidencia de Perú con el nacionalista Ollanta Humala, consolidado en el primer lugar.
La ajustada diferencia que mantienen -26% para Flores y 23% para García según los últimos sondeos- ha alimentado la tensión entre ambos aspirantes presidenciales que multiplican sus esfuerzos en los días finales de la campaña. Mientras el nerviosismo los envuelve, el nacionalista Humala, con un discurso de corte izquierdista, se encuentra cómodo encabezando los sondeos -desde hoy prohibidos de ser difundidos en Perú- con el 32% de las intenciones de voto.
Sin embargo, las estimaciones indican que será imposible que pueda superar el 50% de los votos, condición indispensable para una victoria en primera ronda, lo que obligará a un balotaje. Vamos con entusiasmo porque nosotros somos el camino del progreso; mi palabra está empeñada para enfrentar con dureza la injusticia, dijo Flores este lunes en una visita proselitista a un barrio popular de Lima.
Su optimismo no oculta la preocupación que embarga a su entorno que teme que se reproduzca la amarga experiencia de las elecciones del 2001 en que en el tramo final de la campaña fue desplazada por el ex presidente García.
Flores encabezaba con cierta amplitud todos los sondeos hasta fines de enero en que registraba 37%, en que comenzó a descender hasta ubicarse ahora en 26%, apenas a tres puntos del ex mandatario. Esa diferencia es considerada como un empate técnico.