Willie Bans
MLB.com.- Esperando su turno durante la práctica de bateo antes del partido del domingo, el segunda base de los Yankees Robinson Canó y el jardinero central Melky Cabrera se comportaban como meros hermanos.

Cabrera bromeaba y golpeaba el casco de Canó con su bate, y Canó lo veía como diciendo «te la voy a devolver».

Así de cercana es la relación entre los dominicanos Canó y Cabrera, quienes se conocieron en el 2001 como prospectos de los Yankees y se han, como ellos afirman, convertido en casi hermanos.

Canó, de 25 años y con más experiencia en Grandes Ligas que su coterráneo, es en este caso el «hermano mayor». Ya no pasa por Cabrera para llevarlo en su carro al estadio tanto como lo hacía antes, pero Canó le ha dado su apoyo y consejo al jovencito de 23 años en su paso por convertirse en el jardinero central titular de los Yankees.

«Me ha ayudado en muchos aspectos», dijo Cabrera. «Me ayuda mucho con el bateo, porque él (Canó) es una estrella que posee todas las cualidades y varios años en la liga. Estoy creciendo en esta liga y necesito de su ayuda, porque él tiene más experiencia que yo». Canó aún recuerda un momento con Cabrera en el viaje de los Yankees a Chicago en junio pasado, una serie de cuatro partidos en contra de los Medias Blancas que inició con una derrota que puso al equipo siete juegos por encima de la marca de los .500. Canó le recordó a Cabrera que si los Yankees querían llegar a la postemporada ese año, ambos tenían que ser factores en la pelea.

«Le dije [a Cabrera] un día cuando el equipo estaba en una mala racha, ‘necesitamos embasarnos a como dé lugar. Si queremos ganar, tenemos que embasarnos», destacó Canó el año pasado.

Ambos jugadores han vivido en el mismo complejo de apartamentos en Nueva Jersey por años, y su amistad ha crecido durante ese tiempo.

Ambos se tratan como familia y sus respectivas mamás hasta van de compras juntas.

Y ambos también batean espalda con espalda en el lineup, y cuando ambos están en base, a veces se silban y bromean entre sí. En las altas y bajas de la temporada, se apoyan el uno al otro, examinando su plano ofensivo en los días de descanso y también en la caja de bateo. Después de batear para .299 en mayo, Cabrera actualmente tiene una marca de .227.

Canó está en .254, muy por debajo de sus .306 del año pasado y de los .342 que registró en el 2006.

Aun así, cuentan el uno con el otro como compañeros y  hermanos.

Las frases

Melky Cabrera

Cuando él ve algo malo, me lo dice. Cuando yo veo algo, se lo digo. Siempre estamos hablando y dándonos consejos”.

Robinson Canó

Le dije  un día cuando el equipo estaba en una mala racha,  ‘tenemos  que embasarnos a como dé lugar. Si queremos ganar, tenemos que embasarnos”.