Canseco causa polémica e inicia reconocimiento consumo de esteroides

Canseco causa polémica e inicia reconocimiento consumo de esteroides

HOUSTON, (EFE).- La denuncias hechas por el cubano José Canseco en su autobiografía del consumo de esteroides dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas, al margen de generar la polémica, también ha producido el efecto de la admisión pública que el problema existe desde hace tiempo y es real.

Las últimas voces que se han escuchado en esa dirección han sido las del manejador de los Cardenales de San Luis, Tony La Russa, quien dirigió a Canseco cuando estaba con los Atléticos de Oakland, y el toletero puertorriqueño Carlos Delgado.

Tanto La Russa como Delgado, dos profesionales íntegros, con personalidad propia y criterios que siempre han defendido de una manera transparente sus ideas, no sólo reconocieron el grave problema del consumo de esteroides sino que hasta ahora tanto la liga como el sindicato de jugadores no han establecido controles estrictos para evitar el dopaje.

La Russa, que nada más conocer el contenido del libro de Canseco, el tercero más vendido, en su primera semana de aparición en el mercado, ‘defendió’ el desarrollo físico y rendimiento de Mark McGwire, cuando estaban juntos con los Atléticos, ahora también ha reconocido que sabía del dopaje del ex pelotero cubano.

En declaraciones al programa ‘60 Minutes’ de la cadena CBS, en el mismo que Canseco defendido todo lo que había dicho en el libro y los nombres propios que puso, La Russa admitió que su ex pupilo se ‘fanfarroneaba’ abiertamente del consumo de esteroides y que no necesitaba entrenarse como el resto de los compañeros.

«Se reía del tiempo que pasaban los compañeros entrenando cuando él no lo necesitaba porque tenía la ayuda externa», destacó La Russa. «Realmente era un chiste con él».

Sin embargo, La Russa también admitió que nada podía hacer ante esa realidad, en cuanto que la posibilidad de decir todo lo que sabía no iba a tener un cauce que fuese efectivo.

«Pienso que es correcto decir que la liga tendría que haber tenido mayor responsabilidad sobre el asunto, pero también el sindicato de jugadores habrían impedido tales acciones», subrayó La Russa. «Por qué el sindicato hace cosas que no son en beneficio del deporte?, simplemente defienden a sus constituyentes».

Canseco en el mismo programa explica que tanto los directivos, como los entrenadores, preparadores físicos, los dueños de los equipos y el sindicato saben del consumo de esteroides.

Por su parte, Sandy Alderson, el portavoz de la oficina del comisionado del béisbol, Bud Selig, para el asunto de la polémica surgida con el libro de Canseco, que además era el gerente general de los Atléticos cuando el ex pelotero estaba con el equipo, dijo que había escuchado rumores sobre el uso de esteroides.

«Que había rumores durante ese periodo de tiempo (1983 a 1997) es cierto, pero no tenía ninguna prueba y por lo tanto no pude confrontar a Canseco directamente», comentó Alderson.

Canseco tanto en el libro como en las declaraciones al periodista Mike Wallace, de ‘60 Minutes’, reiteró que no le podían hacer nada porque todos los sabían y eran conscientes de esa realidad y de no querer hacer ningún tipo de control.

Alderson reconoció que no existía ningún tipo de control antidopaje y por lo tanto no estaban en la posición de confirmar o desmentir los rumores.

Mientras, Delgado valoró lo que en realidad es la posición de los profesionales en cuanto a la decisión de Canseco de publicar su autobiografía y dar a conocer nombres propios en su denuncia sobre el consumo de esteroides.

Para Delgaldo, Canseco violó un código sagrado al destapar el interior de los camerinos de Grandes Ligas y sus revelaciones sobre el uso de esteroides afectan la credibilidad del juego ante los aficionados.

Delgado, que firmó con los Marlins de Florida como agente libre, reconoció que el uso de esteroides es una realidad latente, aunque enfatizó que la mayoría de los jugadores «estamos limpios».

El primera base estelar fue directo cuando dijo que sabía del uso de esteroides, aunque dejo muy claro que no conocía quien los utilizaba ni cuanto consumo hay de los estimulantes prohibidos.

Canseco en su libro implica a McGwire, Jason Giambi y figuras latinoamericanas como los boricuas Iván Rodríguez y Juan González junto con el cubano Rafael Palmeiro, los tres ex compañeros que tuvo cuando jugó con los Vigilantes de Texas.

Palmeiro, Rodríguez y González han rechazado de forma categórica las acusaciones y el haber consumido alguna vez esteroides o substancias prohibidas.

En el caso de McGwire y Giambi la descripción de Canseco fue más contundente cuando dijo que los tres se inyectaban esteroides en los baños del Oakland Stadium, sede de los Atléticos.

«Es lamentable que una persona tenga que implicar a otros para vender mejor un libro», destacó Delgado. «Pero todavía es peor que haya violado el código que no está escrito en ningún lado, pero que es aceptado por todos de que lo que pasa en el campo, y el vestuario se queda dentro».

Delgado reconoció que el libro de Canseco iba a tener un efecto negativo en la credibilidad tanto del deporte del béisbol como de sus profesionales, especialmente en todos aquellos que su nombre ha salido a la luz pública.

«No quiero opinar sobre nadie, pero honestamente no me gustaría estar en los zapatos de los profesionales que han sido mencionados», valoró Delgado. «Tampoco debemos olvidar que se trata de la palabra de Canseco contra la del resto de los implicados».

Delgado si fue categórico cuando dijo que la única manera efectiva y drástica de solucionar el problema era estableciendo una política antidopaje estricta, que permita eliminar todo tipo de sospecha entre los fanáticos y evitar que los peloteros «limpios» vean afectada su imagen de profesionales íntegros.

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