Canta el gallo, en el año nuevo lunar

Canta el gallo, en el año nuevo lunar

POR MU-KIEN ADRIANA SANG
Cuenta la leyenda que Buda, en su lecho de muerte, mandó llamar a todos los animales de la tierra para dejar testimonio de su última voluntad, y fueron doce los animales que se presentaron, y lo hicieron en el siguiente orden: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo.

Como premio a su devoción, Buda asignó a cada uno un lugar en el zodiaco chino y así cada año lunar, en ciclos de doce, está representado por uno de estos animales, todos ellos cargados de fuerte simbología.

El pasado 9 de febrero el Gallo de Madera se abrió pasos sobre los restos del mono. Un nuevo año en el calendario lunar comenzó al son de una música estridente que ofrecía el incentivo para que el dragón ofreciera su danza caracterizada por sus gigantescos pasos. El décimo animal del ciclo de 12 años inició su ruta. Y luego, cuando su ciclo haya sido cubierto, abrirá las puertas del tiempo al perro, quien a su vez, ciclo cubierto, ofrecerá la bienvenida al cerdo, dando paso al nuevo ciclo con la llegada de la rata.

Como el calendario solar, que se impuso con el predominio del occidente, el año chino consta también de 12 meses en un año. La diferencia es que cada mes se inicia con la Luna Nueva. Cuentan los historiadores y sabios chinos que el Calendario Chino se inició por el pueblo de Xia aproximadamente en el año 2.205 A.C.

Pero independientemente de la inexactitud del calendario y la adecuación que ha hecho la humanidad de los doce meses del occidente, la simbología del ciclo de 12 animales en la cultura oriental, tiene un peso importante en la tradición. Dicen que para muchos es un alivio dejar atrás el Año del Mono. Lo cierto es que hace unos días se dio inicio en el Calendario Chino al Año del Gallo. Este animal ha sido considerado en la tradición oriental como un ave sagrada por su capacidad de indicar el principio y fin de la jornada diaria. Dentro de este signo existen 5 elementos que determinan su personalidad. Por eso es que se habla de gallo de madera, de metal, de fuego, de tierra y de agua. El de este año 2005 corresponde al Gallo de Madera.

Dicen que el Gallo simboliza la franqueza, la vanidad, la excentricidad, pero también el trabajo, y que es su yin, la fuerza negativa, a diferencia del año del Mono que tenía predominio yang o fuerza positiva. Según los expertos, a nivel mundial los mayores conflictos sobrevendrán por la fuerzas de la naturaleza, especialmente en el hemisferio norte, con manifestaciones en forma de desastres naturales o conflictos políticos. Recuerdan los sabios que en la historia del mundo muchos desastres ocurrieron en años del gallo, por ejemplo en 1909, Japón invadió Corea; en 1933 Hitler llegó al poder y en 1945 la Segunda Guerra Mundial se acabó con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Japón. Pero para tranquilidad nuestra, los estudiosos del tema afirman que será un año más tranquilo que el 2004, con tendencia al equilibrio, donde el Mundo será testigo de muchos intentos de paz. Incluso se habla de un mundo con menos hambruna, esto debido al carácter del animal, ya que come cualquier cosa que se encuentre en el suelo.

Además, veremos un mundo aferrado a políticas de línea dura, ya que el gallo es muy severo en el territorio que controla.

El gallo es un signo al que no le importa dar todo su esfuerzo para lograr un propósito, que no le gusta la mediocridad y que no le importa decirlo. Es valiente y muy trabajador. Es muy sociable además de encantador, lo que le ayuda a triunfar.

Debido a su gran capacidad y eficacia, puede emprender varias actividades al mismo tiempo, aunque a veces puede terminar por desviarlo de sus metas. Le gusta la gloria y recibir honores, pero no la banalidad exceptuando cuándo se trata de las fiestas.

Es de confiar aunque es tan franco y a veces poco diplomático que puede sorprender. Las personas que verdaderamente lo conocen saben que será muy honrado y que nunca dirá algo que realmente no sienta. De alguna manera, siempre llegará a la cabeza o será el alma de una fiesta. Sin embargo, tiene un gran defecto: le es más fácil criticar que escuchar críticas. ¡Quién sabe cuántas cualidades o defectos más podrían atribuírsele al Gallo de madera!

Lo cierto es que a pesar de que el gallo cante durante los meses que restan del año, que el dragón se levante nueva vez para danzar a su ritmo, hasta ahora el mundo sigue regido por la estructura temporal impuesta por occidente. El calendario lunar es sólo un referente cultural para alimentar nuestra nostalgia, y recordarnos que somos parte de un mundo híbrido, que las tradiciones son hermosas porque nos recuerdan los millones de seres que transitaron por el mundo antes que nosotros. A mí en lo personal me recuerda mi infancia y la alegría de los hermanos por disfrutar de los manjares preparados para la ocasión. Una oportunidad más para disfrutar del estallido de los cohetes chinos que eran mucho más estruendosos. Para ver la alegría de papá, al aferrarse a esa celebración para no olvidar sus propias raíces en una tierra que lo acogió y que amó con pasión. ¡Demos la bienvenida al Gallo de Madera! ¡Escuchemos sus alaridos anunciando el nuevo día!

msang@pucmm.edu.do

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