MEXICO CITY. La música banda es el sonido del México moderno, con su punzante ritmo de polka y sus estridentes trompetas por doquier, desde ferias rurales hasta bodas de parejas de clase trabajadora en la Ciudad de México. Y cada vez más proviene de Estados Unidos.
Una creciente proporción de éxitos de este género musical se produce en los suburbios de Phoenix y Los Ángeles y es interpretado por mexicano-estadounidenses que crecieron hablando inglés y oyendo rock and roll, rap y música mariachi. La banda solía ser el equivalente de la música country, con letras sobre la vida rural cantadas por hombres de las tierras baldías del oeste de México.
Ahora que los cantantes nacidos en Estados Unidos adquieren mayor prominencia, se está volviendo más parecida al rap de las pandillas, con un sonido más pulido y moderno, letras que alaban a los traficantes de drogas y videos impecablemente producidos que incluyen leones domados y valijas llenas de dinero en efectivo.
Dos cantantes de banda nacidos en Estados Unidos han visto este mes sus éxitos en el Top 10 de México y Estados Unidos. La canción No. 1 en la lista de música regional mexicana de la revista Billboard es “Quién se anima”, un animado tema del nativo de Pasadena, California, Gerardo Ortiz, de 24 años y cara de niño, que elogia a quienes se atreven a meterse en un negocio en el que “hay buena lana (dinero), los placeres, la banda y mujeres”.
“Damaso” de Ortiz, sobre un líder del cartel de Sinaloa, se ha mantenido durante semanas en el tope de las listas de las radios más populares de música tradicional mexicana en la Ciudad de México. Su respectivo video, que muestra a un león como mascota, fajas de billetes y ostentosas pistolas, tiene más de 61 millones de vistas en YouTube.
Otrora más popular entre inmigrantes mexicanos rurales nostálgicos por su tierra, la música banda ha ganado adeptos entre la juventud mexicana-estadounidense alrededor del país. En un giro de viejos patrones, muchos artistas de banda alcanzan el éxito al norte de la frontera y recorren centros de convenciones y ferias estadounidenses antes de dirigirse a México para cantar en arenas de rodeo y auditorios.