Cantares

Cantares

Dicen que cuando se empieza a sentir nostalgia por el ayer es porque hacen su asomo los primeros rayos del envejecimiento. Lo real y verdadero es que en su trayecto existencial el ser humano  vive, crece, muere y renace en un flujo continuo hacia el futuro. Solamente podemos evaluar lo realizado que de por sí es pretérito y es con la ayuda de su memoria que damos pasos hacia lo desconocido que es el porvenir. A la decisión tomada ahora le imprime confianza y cierta seguridad  lo aprendido en el pasado. Algo que distingue al Homo sapiens de las otras especies es su naturaleza de ser social con todo lo que ello implica.

Compartimos un gran espacio y aunque a veces no queramos admitirlo nuestro valor de uso depende completamente de lo que opinen los demás.   Nadie como el filósofo para elaborar las mil teorías que intentan explicar la génesis y el por qué de las cosas. Pero cuando se trata de expresar lo que se esconde muy adentro en las entrañas de nuestra azotea biológica solamente hay un artista amo y señor de la expresión. Me refiero al poeta y muy en especial al que no solamente escribe sino que además le agrega música y para remate lo canta. Reunir en una trilogía unipersonal al poeta, músico y cantor es un fenómeno maravilloso.

Un clásico ejemplo para quienes nos identificamos como parlantes del castellano lo representa Joan Manuel Serrat.

Leamos algunos pasajes de su vasto colmenar: “Todo pasa y todo queda,/ pero lo nuestro es pasar,/ pasar haciendo caminos,/ caminos sobre la mar./ Caminante son tus huellas/ el camino y nada más; / caminante, no hay camino,/ se hace camino al andar”.  “Nada tienes que temer,/ al mal tiempo buena cara,/ la constitución te ampara,/ la justicia te defiende,/ la policía te guarda,/ el sindicato te apoya,/ el sistema te respalda/ y los pajaritos cantan/ y las nubes se levantan./ Cruza los dedos,/ toca madera./ No pases por debajo de esa escalera./ Y evita el trece/ y al gato negro./ No te levantes con el pie izquierdo./ Que también hacen la siesta/ los árbitros y los jueces./ Con tu olivo y tu paloma/ camina por la maroma/ entre el amor y la muerte”. “Hoy el noble y el villano,/ el prohombre y el gusano/ bailan y se dan la mano/ sin importarles la facha./ Juntos los encuentra el sol/ a la sombra de un farol/ empapados en alcohol/ abrazando a una muchacha./ Se acabó,/ el sol nos dice que llegó el final,/ por una noche se olvidó/ que cada uno es cada cual”.

“Cuando el jilguero no puede cantar/ cuando el poeta es un peregrino,/ cuando de nada nos sirve rezar/ Caminante no hay camino,/ se hace camino al andar… Golpe a golpe”.

¡Que bello es viajar en la máquina tiempo para con las herramientas del pasado y los testimonios del presentes redactar la historia del futuro dominicano! Inspirados en los poetas de allá y los de acá pongámosle música y cantemos hasta que se haga una realidad el aún vigente sueño duartiano, no hace mucho retomado por Juan Bosch y ahora despreciado por otros.

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