Caonex Peguero dirige tercer concierto Temporada Sinfónica

Caonex Peguero dirige tercer concierto Temporada Sinfónica

Caonex Peguero

El tercer concierto de la Temporada Sinfónica bajo la dirección de Caonex Peguero Camilo, dio inicio con la bellísima Obertura “Carnaval” del compositor checo Antonin Dvorak. Escrita en forma de sonata, el animoso y efervescente tema inicial, es un canto a la vida disipada; luego como la vida misma, cambia, y el carácter se torna más lento, más expresivo, para concluir con la misma intensidad del inicio. El ritmo rápido pautado por el director, se adecua podríamos decir de alguna manera, al frenesí de la vida de hoy. Luego del introito festivo, se presentó el concierto No. 1 para violonchelo y orquesta del Edouard Lalo, que tuvo como solista invitada a la joven Nicole Peña-Comas. En el “Prelude” del primer movimiento, la lenta introducción lleva a un contrastante inicio del tema principal, se establece el diálogo con la orquesta.

En el segundo y tercer movimiento destaca la técnica violonchelística de la solista, quien carente de pasión, no consigue establecer comunicación con el público. El bello sonido de su instrumento aunque no muy voluminoso, se pierde un tanto en algunos momentos, arropado por el “tutti” orquestal, no obstante el lento “tempo” en que discurre el concierto. Esperamos las próximas actuaciones de la prometedora Nicole Peña-Comas.

Con el siempre contagioso ritmo de nuestra música, cualquiera que sea su tratamiento, abre la segunda parte del programa. Dos obras: “Cantatas y partituras para amantes y duendes” y “Las aguas del Yaque del Norte”, del inspirado compositor Darío Estrella, logran entusiasmar al público. Las diferentes expresiones folklóricas, merengue, sarambo, mangulina y música de atabales, fusionadas en estas composiciones, así como la rica instrumentación, le dan un giro diferente a nuestra música folklórica. En estas piezas aparecen en pinceladas intermitentes el emblemático merengue “Dice Desiderio Arias” de Julio Alberto Hernández, y los aires de la “Suite Folklórica” de Rafael Ignacio. La güira y la tambora marcan el ritmo, se convierten en instrumentos solistas.

Luego fue interpretada la Rapsodia “España” del compositor francés Emmanuele Chabrier. Inspirado en los aires de esa España multicolor, la fuerza expresiva de la rapsodia presenta diferentes temas, sin relación entre ellos, cada parte es un hermoso poema con sentido musical. Caonex logra armonía en las diferentes familias orquestales.

Cierre. El programa cierra con el poema coreográfico “La Valse” de Maurice Ravel. Esta obra compuesta para ballet, fue coreografiado por Bronislava Nijinska, para la Compañía de la bailarina Ida Rubinstein, y estrenado en la Opera de París en 1929; pero la música independiente del ballet, con vida propia, ha permanecido en los programas de conciertos de las grandes orquestas sinfónicas.

Ravel con esta composición rinde homenaje a la danza favorita de la Viena Imperial: el vals; el espíritu de la dinastía de los Strauss asoma por largos momentos, y se escuchan notas de sus memorables valses: Ravel rememora aquellos tiempos y define su obra como “un torbellino fantástico y fatal”. La formidable orquestación de Ravel consigue desencadenar una orgía de sonidos colosales, pasando del frenesí y el caos a la melancolía, momentos contrastantes que supo transmitir la orquesta.

El final alcanza en su total dislocación el climax pretendido. Caonex concilia las partes. La Sinfónica con la interpretación de esta obra, alcanza su mejor momento. El público envuelto en la vorágine musical aplaudió calurosamente.

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