Caos en la recolección, barrido y transporte de la basura de Santiago

Caos en la recolección, barrido y transporte de la basura de Santiago

El Banco Interamericano (BID), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (ASDI) realizaron una evaluación exhaustiva del Manejo de los Residuos Sólidos en América Latina, que incluyó República Dominicana.
Esta evaluación retrata a Santiago de cuerpo entero. Se critica el mal manejo de tarifas de recolección de residuos en kilos por habitantes/día (Kg/Hab/Día). Se objeta la ausencia de calendarios y rutas regulares de recolección. Se subraya que el barrido de calles es premoderno y el “transporte” es un departamento del Ayuntamiento en permanente caos. La irracionalidad campea en el uso de combustibles y el personal de recolección está en riesgo de enfermar. El Ayuntamiento de Santiago desarticuló el sistema de gestión, inundándolo de actores conflictivos, altamente responsables en el desorden existente.
Santiago produce un promedio 1.1 kg/hab/día de residuos urbanos y de 0.85 de residuos domiciliarios. La basura es 55% orgánica y 45% inorgánica. El barrido de escombros es manual; se necesitan seis barrenderos por cada 10 mil habitantes, lo que impone designar y capacitar unas 400 personas para el barrido y más de 500 para el municipio.
El transporte debiera ser diario, o al menos de 2 a 5 veces por semana, las quejas llegaron cuando fueron superados los siete días promedio sin recolección. La basura orgánica se descompone, genera olores nauseabundos y atrae miles de moscas, cucarachas y ratones. En Santiago existe una flota de 25 camiones compactadores, la mayoría en mal estado, que es lo mismo que una proporción de 0.30 camiones por cada 10 mil habitantes; una meta estratégica sería triplicar esta flota.
Los camiones de Santiago tenían dispositivos automatizados y controlados por servidor que monitoreaba la recolección por georeferencia. Se sabía la ruta exacta y tiempos utilizados para el transporte, lo que aseguraba el control de irregularidades, así se controlaba que muchos negocios no hicieran acuerdos “oficiosos” con camioneros para privilegiar la recolección en sus establecimientos.
Todos los dispositivos de camiones y computadoras fueron reportados perdidos o dañados. Lo mismo aconteció con el pesaje automatizado de la basura y se cancelaron ingenieros muy especializados. Varias agencias internacionales se retiraron enfurecidas del Ayuntamiento por este daño irreparable a la eficiencia y calidad del sistema. Hoy, todos tenemos que partir de cero a organizar de nuevo el sistema de gestión de residuos que requiere Santiago. Que así sea.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas