El magnífico reportaje de Teófilo Bonilla en El Nacional del día once del presente mes, alusivo al caos imperante en el transporte público no es nuevo, aunque sí el último.

Es un problemazo que viene de lejos, y los gobiernos del PRSC del presidente Joaquín Balaguer en sus 22 años, con todo y su mano dura para domeñar algunos litorales, ni los del PRD y el PLD han podido superar la tragedia del transporte público en las dos ciudades principales del país, la capital y Santiago. ¿O en SPM, La Romana, Barahona, Puerto Plata y Montecristi hay conchos?

Ilustra Teófilo Bonilla en su excelente trabajo que la Oficina Técnica del Transporte Terrestre (OTTT) tiene registrados 16 mil vehículos de concho y los sindicatos de transporte de concho alegan tener 50 mil afiliados.

Es inadmisible desde todos los conceptos permitir ese desbarajuste, continuar permitiéndolo, que entre los gobiernos de Hipólito Mejía y de Leonel Fernández, en los últimos siete años dispusieran por sobre los RD$4 mil mm del dinero de los contribuyentes para dilapidarlos en esta barbaridad.

Pero peor aún, que en total los gobiernos dispusieran de RD$42 mil mm para desviarlos al sector transporte público, con cero logros.

Todavía más, el director de la Oficina Metropolitana de Servicios (OMSA) osa solicitar 500 autobuses más, teniendo 300 irrecuperables, por falta de reponer una pieza a tiempo y consentir su canibalismo, mientras que el director de la Oficina Nacional del Transporte Terrestre, Milcíades Pérez Polanco, afirma que el paquete de exoneraciones de vehículos públicos es un caos.

Tres oficinas públicas para un mismo fin, otro dislate mayúsculo, debiendo ser una sola, reducir los conchos a las necesidades exactas, incorporarlos a taxis por llamadas y los autobuses endosar el rol a las empresas privadas que con excelentes resultados operan las rutas inter provinciales.