Miles de vacacionistas se llevaron consigo el bullicio y trepidar de vehículos de la ciudad, que ayer, Sábado Santo, lucía tranquila y apacible incluso en las intersecciones de mayor circulación de máquinas y peatones, como la Duarte con París, que se podía cruzar sin detener la marcha, la 27 de Febrero con Abraham Lincoln y Winston Churchill o la Máximo Gómez con George Washington.

Por otro lado, para quienes, por falta de recursos o deseos de aventura, optaron por quedarse en la ciudad para evitar el peligro de las carreteras o por temor a la incertidumbre de lejanos lugares de asueto o diversión, se toparon con que el agua prometida por las autoridades no había llegado a las duchas  o  grifos.

Este problema puso un ingrediente de incomodidad entre moradores de Villa Francisca, Villa María, 27 de Febrero, María Auxiliadora y otros sectores, quienes se vieron obligados a buscar el agua con latas en sectores distantes o comprarlo a camiones-cisternas.

Cierre museos

Por otro lado, los que acostumbran aprovechar el asueto de la Semana Mayor para disfrutar la tranquilidad y desplazarse sin taponamiento por las calles hacia museos y otros centros de interés histórico, se llevaron la desilusión de encontrar sus puertas cerradas.

Inexplicablemente, el Museo de Duarte, ubicado en la calle Isabel La Católica número 308, donde el padre de la Patria nació el 26 de enero del 1813, estaba cerrado a media mañana.

Igualmente, la casa contigua, número 306, donde nació la educadora y poetisa Salomé Ureña de Henríquez el 21 de octubre de 1850.

Sorprendido por el cierre de estos museos, Francisco López, quien llegó con sus pequeños de mano a visitar la Casa de Duarte, sólo atinó a decir que los encargados de ambos sitios históricos, empleados de la Oficina de Patrimonio Cultural, se sumaron a quienes en vez de recogimiento buscaron fuera de la ciudad lugares para la diversión desenfrenada.

También permanecía cerrada la Casa de las Academias, situada en la calle Mercedes, número 204, que fue residencia del presidente Ulises Heureaux.

Agua

El servicio de agua, suspendido desde el miércoles a 57 barrios del Distrito Nacional, San Cristóbal y Haina para la reparación de averías y cuya normalización la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) prometió para ayer sábado, aún en la tarde no llegaba o lo hacía a cuentagotas o “sorbos” intermitentes en la mañana.

Sin embargo, la entidad anunció ayer  que  el líquido comenzaría a llegar a los hogares en horas de la tarde, luego de los trabajos de reparación de las redes.