Capital y salario en el PIB

Capital y salario en el PIB

El Banco Central cambió el año base para calcular el PIB y su crecimiento, lo que debe hacerse de tiempo en tiempo para introducir variaciones en la estructura de la economía. Como también hay cambios en fuentes de datos y posiblemente en métodos, en otros artículos analizaré las implicaciones. Por ahora lo que importa es señalar que los precios de referencia no serán los de 1991 sino los de 2007, que en el PIB el consumo privado redujo su participación de 83% a 70.7% y la inversión aumentó de 16.7% a 28.4%.

Significa que el salario perdió espacio en la economía y que el trabajador arrastra los pies, lo que en parte explica el nivel de desigualdad y pobreza que tenemos. Que del total (4,018,420) de ocupados el 63% reciba un salario mínimo igual o inferior al de las empresas grandes (US$263 equivalente a RD$11,298), por debajo del umbral de la pobreza. Que el trabajador no logra ingreso suficiente para mantener a su familia, porque la relación salario mínimo y valor de la canasta que define la línea de pobreza por persona (RD$12,353.77 para el primer quintil), que debería ser superior a dos puntos, apenas es de 0.92.

Se sabe que el crecimiento económico se apoya en la acumulación de capital físico, humano y en tecnología, pero si al mismo tiempo se reduce el consumo privado, se genera un efecto sustitución que amplía la pobreza y la desigualdad. Es lo que nos está diciendo el Banco Central, y agrego sucedió en el periodo 2005-2012, cuando la inversión extranjera directa, incluyendo los US$3,642.4 millones de Barrick y otras empresas, aumentó en US$16,223.8 millones, pero con estancamiento de los ingresos reales y reducción del consumo privado, combinado con un aumento de 40% de la productividad del trabajo.

La debilidad del consumo privado es consecuencia del bajo salario mínimo, que promedia US$245 y US$263 en las empresas grandes, inferior a la media de América Latina y de países con los que con frecuencia nos comparamos: Argentina (US$444), Costa Rica (US$507), Panamá (US$432), Chile (US$397), Uruguay (US$373), Paraguay (US$363), Colombia (US$321), Ecuador (US$318), Brasil (US$308), Perú (US$269), Guatemala (US$277) y Honduras (US$348). Es decir, el salario mínimo en República Dominicana, sin importar que el trabajador sea formal o informal, debe aumentar para que mejore el consumo y parar el deterioro de la distribución de ingreso.

Los sindicatos piden que se aumente en 30 por ciento el de los ocupados (270,198) en el sector público, que de RD$11,298 o menos se lleve a RD$14,688.

El problema es que no lo plantean como parte de un plan de reforma del sector, es solo una idea en el aire, no tienen estudios que hablen de los cambios y los efectos en el consumo privado, inversión, empleo, crecimiento del PIB y en el ahorro regresivo e ineficiente que está depositado en el Banco Central en forma de certificados, que aumento RD$151,126.5 millones desde el 2004 al 2012.

El objetivo debe ser convertir ese ahorro en negocios, en inversión que mejore el empleo y reduzca el índice desigualdad, el de Gini que no baja de 0.50.

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