Capitalización y consecuencias

Capitalización y consecuencias

La demanda en arbitraje incoada contra el Estado dominicano por la empresa francesa Societé Genéralé constituye otro incidente derivado del tortuoso proceso de capitalización de las empresas públicas, que ha tenido efectos deplorables.

La vulnerabilidad de la capitalización se ha dejado sentir en todos los ámbitos en que ha sido aplicada.

Por ejemplo, los ingenios azucareros del Estado, con raras excepciones, están convertidos  en verdaderas ruinas y algunos de ellos son irrecuperables.

Algunos fueron canibalizados para remendar otros, a pesar de que uno de los principales compromisos de la capitalización era el de la inversión.

En el mercado eléctrico las cosas han sido diferentes, pero no por ello mejores que en la industria azucarera o la Corporación de Empresas Estatales (CORDE), pues las consecuencias han sido traumáticas para todo el país.

– II –

En el mercado eléctrico se han dado traspiés tan perjudiciales como los Acuerdos de Madrid, que empeoraron la situación del sector.

La compra por parte del Estado de los activos de Unión Fenosa, una empresa que estaba en serias dificultades operativas y financieras, fue una barbaridad que ha costado al Estado mucho dinero.

En cambio, esa torpeza del Gobierno dominicano permitió que los dueños de Unión Fenosa revalorizaran las devaluadas acciones de la firma, que eran vistas con desdén en los mercados bursátiles.

Ahora tenemos que una parte del sector eléctrico está demandando al Estado Dominicano por US$680 millones alegando «destrucción del capital» de la empresa.

No se sabe cuánto más tendremos que padecer por causa de la falta de eficiencia del Estado y del mercado eléctrico, pero lo cierto es que ha quedado demostrado que el proceso de capitalización de las empresas públicas lo único que ha logrado es la descapitalización del país a través de energía de muy alto costo y de muy baja calidad.

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