Cápsulas Genealógicas

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Diego de Sosa y los orígenes de Mao

Los orígenes de Mao se remontan a los hatos que se establecieron después de las devastaciones de Osorio de 1605-1606 en lo que se conoció como el Despoblado de Santiago, esto es, todo el territorio al oeste de esa ciudad, que después de la destrucción de las ciudades de la parte oeste de la isla quedó como antemural de la frontera respecto de la colonia francesa.

Para la segunda mitad del siglo XVIII, el dueño principal del sitio de Mao era Diego de Sosa, conforme título de propiedad de fecha 22 de marzo de 1750, instrumentado en Santiago y del cual expidió copia el 28 de noviembre de 1777 el escribano José Sainz de Azcona, y un amparo real emitido en Santo Domingo por el juez encargado de realengos Ruperto Vicente de Luyando el 28 de mayo de 1760 y del cual expidió copia el escribano real Diego de Sosa (el mismo propietario del sitio) el 11 de junio de 1774.

El 24 de diciembre de 1880, más de cien años después, las sucesiones Sosa, Jáquez y Peralta, descendientes directas de Diego de Sosa, suscribieron ante el notario de Santiago Sebastián Pichardo un acto transaccional por el cual se dividieron los terrenos que tenían en Mao Adentro, El Cercado y Monte de Mao, comprendidos dentro del sitio de Mao y que constituían la heredad recibida de su ascendiente.

El acto fue levantado en el “puesto cantonal de Santa Cruz de Mao” a requerimiento de las sucesiones Sosa, Jáquez y Peralta, representadas por Manuel Merced Reyes, en representación de la sucesión Jáquez, en su calidad de esposo de Buenaventura Jáquez; Manuel Reyes y Manuel Sosa, en representación de la sucesión Sosa y Carlos Peralta, en representación de la sucesión Peralta, todos agricultores, copropietarios del sitio de Mao y descendientes en línea directa de Diego de Sosa.

Esa transacción abrogó una anterior que los comparecientes habían levantado en 1872 y en ella fue incluido el sitio de Mao Adentro, excluido de la anterior, y que se hallaba dentro las cinco partes o posesiones designadas por los límites de los documentos ya citados del siglo XVIII.

Los documentos del siglo XVIII estuvieron en manos del notario Pichardo, pero no fueron protocolizados junto al acuerdo que levantó, por lo que estos se perdieron para siempre. No obstante, la descripción de los límites del sitio de Mao en el acto transaccional de 1880 y su propiedad por Diego de Sosa rescató para la posteridad datos hasta ahora inéditos y que constituyen nuevos puntos de partida para el estudio de la historia de este municipio.

Este valioso documento es ilustrativo de la persistencia de un apellido en una zona geográfica determinada, del reconocimiento más que centenario que tenía la extensa descendencia de Diego de Sosa de su origen común – que se remontaba en 1880 a por lo menos cinco generaciones – y de la importancia de los terrenos comuneros como sistema de propiedad inmobiliaria que, surgido en la época colonial, se prolongó hasta la misma Tercera República.

Instituto Dominicano de Genealogía

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