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Por Graciela Thomén Ginebra
La genealogía familiar es más fascinante cuando encontramos un misterio en la familia como me pasó al investigar mi vena Rainieri. Según la historia familiar, Isidoro Rainieri, un inmigrante italiano, dueño de hoteles, se embarcó desde Puerto Plata una mañana de 1912 para no regresar jamás. Su joven esposa, Bianca Franceschini (Doña Blanca), de 37 años, también inmigrante italiana y sin más familia que su esposo y sus 8 hijos, estaba embarazada cuando Isidoro partió.
Hasta hace poco, dentro de la historia familiar no habían quedado trazos del motivo de este aparente abandono. Tampoco la historia familiar había dejado claramente establecida la suerte de Isidoro luego de su partida ni cuál había sido su destino final en ese viaje. Sabemos que Bianca (Doña Blanca) supo de su fallecimiento, pero aparentemente, nunca más quiso hablar de eso y dejó fecha vaga y errónea.
En el 2001 escuché de mi madre la historia del abandono de Isidoro a Bianca. Sus palabras fueron: —Mi abuelo abandonó a mi abuela—. Mi primera impresión fue el negarlo rotundamente dentro de mí de una manera inexplicable. Inmediatamente se desató un deseo de encontrar su paradero y su causa. ¿Por qué? ¿Cuándo? Años más tarde encontré la verdad de su destino. Pero, aun después de satisfacer mi curiosidad detectivesca, un misterio aún más encantador empezó a esclarecerse: la personalidad fascinante y el carácter de este bisabuelo, Isidoro, vislumbrada de sueños y anhelos de espíritu alegre, aventurero y emprendedor. Y en mi bisabuela, doña Blanca, una compañera de temple, de decisiones, con un firme amor eterno. La historia familiar me cautivó. Los documentos y cartas que aquí se exponen son rastros de un fascinante rompecabezas familiar.
Demás está decir que la genealogía me sedujo y se convirtió en mi más ávido hobby. Me eduqué en métodos genealógicos, historias de la época de cada documento y entablé conexión con los lugares que mis antepasados pisaron en cada caminata: Italia, España, Nueva York, Bogotá, Curazao y Puerto Plata. Esta serie toma a Isidoro como base de la investigación, partiendo de su línea de antepasados en San Secondo Parmense hasta el siglo XVII. Luego, tomando a Bianca (Doña Blanca) desde su nacimiento en Bologna, su intensa niñez, llevando una trayectoria cronológica de sus viajes desde Italia, Bogotá y Puerto Plata. Usando la etimología del nombre de Isidoro, he llamado a esta serie “Divino Tesoro”, por ser en la antigüedad el nombre de la divinidad “Ísis” o “Íside” y teniendo “doro” el significado de “regalo” o “tesoro”.
La familia Rainieri de República Dominicana debe su génesis a esta pareja de italianos que se asentó en Puerto Plata en 1898. Al fallecer Isidoro, la fuerza de doña Blanca fue la que logró llevar adelante a la familia. Convertida en viuda joven y de carácter fuerte, levantó a su familia prácticamente sola. Por esto y por ser su descendiente, en esta serie hago honor a su memoria al incluir su genealogía, llamándola primero por su nombre italiano: Bianca.

Instituto Dominicano de Genealogía