Cápsulas genealógicas
A Sabaneta llegan los Saint-Hilaire

<STRONG>Cápsulas genealógicas<BR></STRONG>A Sabaneta llegan los Saint-Hilaire

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Una de las historias que se cuentan sobre el origen de este apellido en el país es la de “un oficial de la Armada francesa llamado Nicolás Saint-Hilaire que vino a Haití con la tropa de Leclerc, quien procreó un hijo con una haitiana. Nicolás comentó que cuando regresara a Francia se llevaría el hijo y al enterarse la madre de esta situación, para evitarla, se vino a vivir a Sabaneta, hoy Santiago Rodríguez, y de ese descienden todos los Saint-Hilaire”. Otros sostienen que el apellido se inició con un Nicolás Saint-Hilaire que vivió en Samaná, casado con Isabel Toledo. En lo que todas las versiones coinciden es en el origen francés del apellido.

Sobre el Nicolás Saint-Hilaire que vivió en Samaná,  diferentes autores hacen referencia a él, como es el caso de Edwin Espinal, en la cápsula “Los Descendientes de la tropa de Leclerc”, publicada en este mismo suplemento el 3 de diciembre de 2005; Gregorio Elías Penzo, en su obra póstuma “Hombres y mujeres notables y benefactores de Samaná (1493-1910)”, quien establece como descendencia de Nicolás a María, Eustaquio y Paul, radicándose este último en Puerto Plata; Emilio Rodríguez Demorizi, en su libro “Samaná, pasado y porvenir”; George Lockward, en “Protestantismo en Dominicana”; y Carlos Larrazábal Blanco, en “Familias Dominicanas” tomo VIII, quien consigna como descendientes de Nicolás Saint-Hilaire e Isabel Toledo a Eleuterio Manuel y a Tomás José María.

Sobre Nicolás Saint-Hilaire existen algunas referencias no coincidentes. Emilio Rodríguez Demorizi en su libro citado, página 73, capítulo “Manuel de Hita, península de Samaná y su bahía”, nota 6, dice que en virtud de una Orden Real del Capitán General de Santo Domingo del 28 de abril de 1818, este redactó una “Memoria histórica, política, topográfica, militar y comercial de la península de Samaná”, cuya segunda parte se basa en una “Memoria” desconocida del médico francés Saint-Hilaire; George Lockward,  en su libro referido, cita un informe del 11 de febrero de 1825  del pastor Dr. Belfast Burton al obispo Richard Allen, de la Iglesia Africana Metodista Episcopal, en el que el primero relata que tuvo que ejercer   la medicina en beneficio de todas las personas pues “ni había médicos, excepto un excelente caballero francés…”, para  más adelante señalar que  “todo esto me ha sido informado principalmente por el doctor Hilaire” (obra citada, p. 158)”.

La existencia de  Nicolás Saint-Hilaire es corroborada por el acta de defunción eclesiástica de su hijo Eleuterio, quien falleció el 11 de noviembre de 1886, soltero, de unos cuarenta y cinco años de edad. En este documento se indica que era hijo legítimo de Nicolás e Isabel de Toledo, difuntos, natural de Samaná, de lo que dio fe el sacerdote Elías Yrrizari. Cabe agregar que Eleuterio fue uno de los firmantes del acta de proclamación de la anexión a España el 20 de marzo de 1861.

Sobre la formación militar y médica de Nicolás Saint-Hilaire llama la atención que su nombre no se encuentre en una relación del Estado del 21 de julio de 1804, que Emilio Rodríguez Demorizi detalla en su libro “La Era de Francia en Santo Domingo”. Entre el personal médico y militar, ninguno era apellido Saint-Hilaire.

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