Cápsulas genealógicas
El mito de “Los tres hermanos” en inicio de RD

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Una de las  creencias más  arraigadas entre muchas familias dominicanas es que “descienden de tres hermanos, de los cuales uno se fue al Sur, el otro al Este y el tercero se quedó en el Cibao”.

Esta historia la hemos escuchado docenas de veces, con la variante de que «uno se quedó aquí, otro se fue a Cuba y el tercero a…..».

Se han estudiado con relativa amplitud las migraciones que ha tenido esta isla desde sus primeros días de la colonia, sean estas en oleadas o como un inmigrante individual y aislado.

Como norma general, principio que aplica no solamente en República Dominicana, el inmigrante llega a su nuevo destino en búsqueda de una mejor vida. Usualmente llega solo. De no ser así, y si es que corresponde a un plan de colonización, tales como los habidos en tantos momentos de nuestra historia con los canarios, por ejemplo, estos, de no llegar solos, arribaron ya con esposas e hijos.

Los emigrantes llegados al país en oleadas o grupos, por lo general han observado una práctica completamente inversa al mito de “los tres hermanos”.

Estos suelen llegar a un lugar o pueblo, y permanecer en el mismo, sino permanentemente, por lo menos por un largo tiempo.

Es el caso de los canarios que poblaron San Carlos, los árabes llegados a Santiago y otros pueblos del país, los judíos de Sosúa, los japoneses de Constanza y Dajabón, así como los húngaros que también llegaron a Constanza.   

Todavía hasta el mismo siglo XIX, el hecho de emigrar, particularmente desde Europa, constituía una empresa algo riesgosa.

Sí se han dado casos de emigrantes que después de haber llegado a su destino, mandaban a buscar a otro hermano, primo o sobrino, pero nunca para enviarlo a trabajar al otro extremo de la isla. Por lo general, este pariente se incorporaba a la empresa que ya el primer inmigrante había desarrollado.

Este caso ocurrió con alguna frecuencia entre los españoles que emigraron a San Pedro de Macorís a fines del siglo XIX o los tantos italianos que llegaron a Santiago y otros pueblos del país.

El inmigrante español que  llegaba soltero por lo general casa con una dominicana. Sin embargo, en otros grupos migratorios se observa como tendencia el matrimonio con una paisana o coterránea y también recién emigrada. Es el caso de los árabes, sirios y palestinos. 

Los estudiosos de la genealogía en República Dominicana todavía no han encontrado el primer caso de los míticos «tres hermanos», llegados como inmigrantes, y mucho menos su dispersión a remotos lugares de la isla.

En definitiva, la idea en sí misma es un tanto absurda y carente de lógica, sobre todo si se toma en cuenta que las migraciones de los legendarios «tres hermanos» siempre se sitúan en el contexto dominicano de los siglos XVIII y XIX con las limitaciones y carencias de la época.

Instituto Dominicano de Genealogía

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